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Pablo Llorca crea en "Todas hieren" un drama fantástico sobre el amor

El tercer largometraje del cineasta presenta a personajes enigmáticos

Pablo Llorca (Madrid, 1963) estrena su tercer largometraje, Todas hieren, pero el público no recordará sus filmes anteriores porque no se estrenaron comercialmente, aunque fueron muy premiados.Todas hieren es una historia de personajes intensos, envueltos en una atmósfera de misterio. Protagonizada por Leonor Watling y Luis Miguel Cintra, es un ejercicio de estilo del cineasta, que hace del amor el eje de un drama fantástico.

La idea original del guión partió de un antiguo verso latino: "Todas hieren, sólo la última mata". Una frase que a Pablo Llorca le sugirió la lucha de un hombre que se sabe condenado a morir por cumplir un deseo antes de que le dé alcance la Parca. "Cada hora hiere y sólo la última es definitiva. Eso me sugirió un personaje obsesionado con la idea del tiempo", explica. Obsesionado con la idea de vencer en esa carrera contra la muerte y la enfermedad, y cumplir una promesa hecha a la mujer que amaba.La atmósfera general de Todas hieren es la de un misterio denso e impreciso, como son imprecisas la época y el lugar donde transcurre la historia. "Tengo tendencia a indeterminarlas. Trabajo con conceptos de personajes, tanto en Jardines colgantes (1992) como en ésta, donde atarlos a una época no tendría sentido, molestaría. Trato de crear una atmósfera ambigua, inquietante, creada a partir de pocos elementos identificables", afirma Llorca.

La verdad en el cine, como en la literatura y otras artes, no se ajusta a la verdad histórica, y Llorca bucea en ese terreno. "Una obra sólo responde ante sí misma, tiene que ser autónoma y coherente consigo misma. A un cuadro no se le pide naturalismo, como se le pide a una novela, tal vez. Y al cine se le pide muchísimo, no sé por qué. Yo creo que no es necesario, que es independiente".

Si bien la arquitectura y un congreso de proyectos arquitectónicos utópicos, están en el núcleo del filme, Llorca -que ha ejercido varios años como crítico de arte en algunos medios- considera que el cine no debería ser un campo en el que la plástica juegue con sus reglas.

Todas hieren no es una película experimental. Ni siquiera echa mano de recursos al uso. Llorca orienta su carrera hacia un cine distinto: "En las antologías del cine de los noventa no entro porque mi primera película, Venecias, es de 1989. Aunque generacionalmente pertenezco a ese grupo, no estoy muy integrado".

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