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La oposición afirma que este nuevo fracaso revela el agotamiento del modelo de gobierno de Pujol

Todas las balas eran para Jordi Pujol. Pese a su actitud paciente, los consejeros de Gobernación y de Agricultura, Xavier Pomés y Francesc Xavier Marimón, no tuvieron éxito en su papel de pararrayos de la larga lista de invectivas, datos, críticas y alegatos de la oposición parlamentaria, no sólo contra la actuación del Gobierno de CiU en el gran incendio del pasado julio en la Cataluña central, sino, especialmente, contra la falta de coordinación y de capacidad de previsión del Ejecutivo para evitar que se produjera. "Incompetencia y autocomplacencia", fueron los dos epítetos más usados.

"Sólo una intervención de Pujol nos habría ahorrado la aproximación sectorial y en compartimentos estancos", dijo el portavoz socialista Joaquim Nadal, primero en intervenir en la sesión de la tarde, para abrir su discurso. El incendio ha sido, para Nadal, "un desastre moral" y ha supuesto una "pérdida de credibilidad" de las instituciones catalanas. El líder de IC-Els Verds, Rafael Ribó, prefirió arrancar mencionando la "intolerable autocomplacencia" observada en las explicaciones de los consejeros durante la sesión matinal, para insistir en lo mismo: el presidente de la Generalitat tiene "una responsabilidad directa" en lo sucedido. Una opinión compartida por el representante de ERC, Josep Lluís Carod Rovira. Uno de los temas más recurrentes, que fue utilizado como arma arrojadiza contra el Gobierno, fue la valoración de los daños causados por el incendio, hecha por Marimón cuando aún se apagaban los últimos rescoldos: 1.500 millones de pesetas. "Una valoración provocadora", según Nadal, que "prioriza el rendimiento económico frente al valor de los bosques", pero que ayer defendió de nuevo Marimón amparándose en que se refería sólo al precio actual de la madera. El tema económico fue recurrente porque todos los grupos parlamentarios recordaron al Gobierno que aún no ha hecho efectiva la totalidad de las indemnizaciones fijadas por el gran incendio de 1994, lo que el consejero de Agricultura reconoció, si bien indicando que sólo restan por pagar algunos cientos de millones de pesetas de los más de 8.000 que se destinaron a los afectados. Alcaldes marginados Pero el núcleo central de las críticas lo componían, a partes iguales, la desorganización y la falta de coordinación entre los distintos cuerpos que lucharon contra el fuego, y la falta de previsión y el recorte de los presupuestos durante los últimos años, pese al precedente del gran incendio de 1994. Nadal cree que existió un grave problema de organización, que se sobredimensionó la importancia del agua para apagar el fuego descartando las actuaciones sobre el terreno. Denunció "una clara y evidente marginación de las autoridades locales", que, dijo, "solo sirvieron para llevar bocadillos". Según Nadal, "ha fallado sobre todo la política de prevención", porque el fuego "se apaga en invierno". Los planes de limpieza de los bosques, dijo, sólo prevén 3 pesetas por hectárea; se ha incumplido sistemáticamente el plan de 1994 y, desde 1996, ha desaparecido el concepto de mantenimiento y limpieza de los bosques en los presupuestos. El Gobierno de Jordi Pujol, dijo Nadal, ha actuado con "arrogancia, insolvencia, insolencia, incompetencia..." Fue en este punto, el más tenso de la tarde, cuando el portavoz del PSC fue interrumpido desde los escaños de CiU. "Los bancos de la mayoría están repletos de patriotas de tres al cuarto", les espetó Nadal. Marimón y Pomés aguantaron con una mezcla de resignación e impasibilidad la tempestad. El primero tendía más a refugiarse en las cifras y los detalles y a realizar comparaciones con otras autonomías, repitiendo que estaba dispuesto a asumir las responsabilidades que hicieran falta, sin mencionar, por supuesto, la de dimitir. Pomés, más seco, menos contemporizador que por la mañana, evitó entrar al trapo de los datos concretos y, sólo en contadas ocasiones, cuando podía desmentirlos, que fue en muy pocas ocasiones, replicó a la oposición. Josep Curto, el portavoz del PP, no desentonó en sus críticas al Gobierno y aportó algunos datos reveladores de la escasa importancia que la Generalitat concede a la política forestal. Cada uno de los automóviles del parque de bomberos, dijo, tiene un periodo de amortización de 27 años, mientras que en Alemania, por poner un ejemplo, es de 10. Pero, al margen de los detalles, las críticas políticas más profundas se dirigieron hacia el fracaso del modelo territorial. Carod, Ribó, Curto, Nadal y el comunista Fidel Lora dejaron ayer en evidencia que el modelo del Ejecutivo catalán hace aguas por bastantes lados, con sólo utilizar su actuación concreta en un incendio forestal de verano. "Falta rumbo, orientación", dijo Ribó. "Las rogativas a Dios serán más eficaces que la capacidad de previsión de nuestros consejeros", ironizó Carod.

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