La familia Aznar inicia sus vacaciones en Oropesa
Una tormenta de verano descargó ayer sobre Oropesa, algo más de una hora después de la llegada del presidente del Gobierno, José María Aznar, a la urbanización de Les Platgetes de Bellver, para disfrutar de sus vacaciones. El jefe del Ejecutivo llegó al volante de un coche oficial, acompañado de su esposa, Ana Botella, y de sus dos hijos menores, Ana y Alonso. Todos ellos, con atuendo veraniego, procedían del cuartel Tetuán 14 de Castellón, desmantelado hace dos años, donde aterrizó el helicóptero que los había trasladado desde Madrid. Eran aproximadamente las 13.15 cuando la familia Aznar-Botella hacía su entrada en la vivienda del propietario de la empresa azulejera Porcelanosa, José Soriano, quien cede su casa, desde hace tres años, para que el presidente del Gobierno la ocupe durante su período vacacional. Tampoco en esta ocasión se ha desvelado el posible pago de una cantidad de dinero en concepto de alquiler. Si la tromba de agua fue breve, más lo fue la comparecencia ante los medios de comunicación, más escueta y menos explícita que en anteriores veranos. "Estoy encantado" y "feliz" fueron las únicas palabras que José María Aznar aceptó decir en público, pese a que los periodistas le pedían una explicación a la destitución del jefe de la Oficina Presupuestaria, José Barea. El presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, el delegado del Gobierno, Carlos González Cepeda, el subdelegado en Castellón, Vicente Sánchez Peral, el alcalde de Castellón, José Luis Gimeno y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, fueron los encargados de recibir al presidente del Gobierno al pie del helicóptero. Mientras, en el chalé de Les Platgetes les esperaban el presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, y su anfitrión, José Soriano. Por la tarde, José María Aznar abandonó su lugar de varaneo para trasladarse a Palma de Mallorca, donde mantuvo una entrevista con el Rey. Mientras, sus hijos aprovecharon para encontrarse con su pandilla de amigos.
