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TOUR 98

Detenido el director del Festina

La policía registra el hotel del equipo y arresta también a uno de los médicos

Carlos Arribas

Bruno Roussel, director del Festina, no pudo terminar la etapa de ayer dirigiendo a su equipo. A 50 metros de la meta, en el desvío habitual de todas las carreras, varios policías en motocicleta detuvieron el vehículo del Festina, lo apartaron de la corriente de todos los demás directores, que observaban atónitos la escena, y lo condujeron directamente a la comisaría de policía de Cholet. Eran las 17.00. Al cierre de esta edición, aún estaba siendo interrogado. El plazo máximo de detención en comisaría es de 96 horas, pero el juez puede disponer antes su libertad total, su libertad provisional o su encarcelamiento. El equipo, que no tenía previsto retirarse de la carrera, llamó inmediatamente a su tercer director, el español Miguel Moreno, para hacerse cargo del puesto de Roussel. El patrón, Miguel Rodríguez, aún no hizo efectiva su amenaza de retirar el patrocinio del equipo en el caso de que se demostrara la práctica del dopaje. Por el contrario, en declaraciones a Radio Nacional, Rodríguez mostró su apoyo al quehacer del equipo y resaltó que había que respetar la presunción de inocencia. "Creo", manifestó, "en la inocencia de Bruno Roussel. Hemos sido cabezas de turco de una maniobra política". Y prosiguió: "He hablado con el director del Tour, Jean Marie Leblanc, y le he dicho que no nos retiramos, que seguiremos hasta el final".Mientras Roussel prestaba declaración también fue detenido uno de los médicos del equipo, el belga Éric Ryckaert. La policía registró en su presencia el camión del material mecánico del Festina. Minuciosamente, bicicleta a bicicleta. Tardaron más de media hora y salieron con varias cajas. No hay confirmación de que encontraran sustancias prohibidas.

Más información
Un hombre fuera del sistema

Confesión

La confesión del masajista Willy Voet, en prisión desde el pasado sábado tras ser detenido en posesión de varios centenares de dosis de productos dopantes (incluida EPO), desencadenó una vasta operación policial contra el equipo de Virenque y Zülle. En Francia se considera delito la posesión de productos anabolizantes y estupefacientes. La ministra de Deportes, la comunista Marie-Georges Buffett, emprendió una fuerte campaña contra el dopaje desde su toma de posesión. Su objetivo último era lograr desmantelar las redes por las que los deportistas se aprovisionan de productos dopantes. Su medio, investigar a un equipo en concreto. ¿Por qué ha sido Festina el elegido? Nadie tiene un motivo claro. Los demás equipos se compadecen del Festina y se preguntan por qué tiene que ser el ciclismo el deporte más vigilado e investigado. También se preguntan si toda la operación no tiene un excesivo carácter publicitario, y por la exacta elección de las fechas del dispositivo: al final del Mundial, al comienzo del Tour, cuando la atención de todos los medios de comunicación se había trasvasado al ciclismo.Roussel llevaba días pidiendo que la policía le escuchara, que fuera citado como testigo para así tener acceso al sumario incoado por el juez de Lille, pero, evidentemente no esperaba ser detenido. El equipo aún emitió ayer un comunicado en que tildaba de rumores alimentados por la prensa todas las informaciones publicadas sobre un caso que ha hecho tambalear al Tour y al mundo ciclista y lo ha introducido en el ambiente de la información policial y judicial. La dirección del Tour no tiene potestad para excluir al equipo de la carrera, a menos que se demostrara un dopaje masivo, pero ha insinuado de diferentes maneras la necesidad de que abandonara por su propia voluntad. Sin embargo, Relojes Festina sigue siendo uno de los patrocinadores de la carrera. Incluso Roger Legeay, presidente de la asociación de equipos, no ocultó su malestar por la situación e intentó convocar una reunión para que los demás participantes pidieran a Festina que abandonara. Si el Festina sale a correr hoy, será el primer equipo en la historia del Tour que lo haga con su director detenido en comisaría. En el hotel Atlantel de Cholet, donde el Festina compartía alojamiento con el ONCE-Deutsche Bank y el Saeco, había tantos periodistas, fotógrafos y unidades móviles de televisión que parecía que Virenque, o Zülle, ya hubieran ganado la carrera francesa.

Expectación

La expectación contrastaba con el hermetismo de los corredores y trabajadores del Festina. Los pasillos vacíos y las puertas cerradas. Policías de paisano, discretamente vigilando. Decenas de aficionados voceaban bajo las ventanas el nombre de Virenque, en un intento de darle ánimos, pero el corredor mascota de toda Francia no se asomó. Según sus compañeros, está destrozado. Todo el equipo está destrozado, aunque intenta concentrarse en la carrera. Sin embargo, la tensión vivida por el estado de sitio que sufren les pasará factura.Ese mismo hotel había sido al mediodía escenario de la primera muestra del despliegue policial. En presencia de Ryckaert, registraron su habitación (la 223) y la 222, la de Roussel. No encontraron nada, por lo que decidieron detener a Roussel para confrontarle con las acusaciones de Voet, que había confesado que él había actuado a las órdenes de los responsables del equipo y que su cometido era transportar la EPO, la hormona del crecimiento, los anabolizantes, las jeringuillas, los productos enmascaradores y demás material encontrado en su vehículo hasta Dublín, donde debía entregárselo al médico. El juez Patrick Keil recibirá en Lille por fax las declaraciones de los tres detenidos ayer; también se le comunicará lo hallado en los registros, que debía ser analizado en laboratorios policiales, y tomará una decisión sobre su futuro. Probablemente, en las próximas horas pedirá su traslado a Lille, para un careo con Voet.

Alrededor del edificio policial, muy cercano a la línea de meta, decenas de periodistas se disponían a pasar la noche. Casi tantos como los que rodeaban el hotel. En el aparcamiento interior, aún permanecía el coche del equipo, con las bicicletas de repuesto en la baca. Quizás sea el último coche que conduzca Roussel, un director que alcanzó el año pasado el reconocimiento general de sus métodos innovadores. Ahora es un hombre sitiado.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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