_
_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Más nivel con los mejores

Ineficaz, no viejo. Un estilo no se valora por vigente o caduco, por viejo o moderno, sino por eficaz o ineficaz. Y el de Colombia evidentemente no logra los objetivos que se marca. La suya es una situación muy difícil de cara al futuro. Sustituir el estilo futbolístico de un país no es sencillo. No parece ofrecer intérpretes que con la misma idea obtengan algo mejor. Habrá que hacerse de paciencia, aceptar la realidad y esperar nuevas generaciones.Toques vacíos. Interminable cantidad de toques sin ganar un solo metro ni eliminar adversario alguno. Colombia evita que el rival tenga la pelota por una posesión prolongada pero inofensiva. Se deleita con el contacto con el balón, no con la consecuencia que genera la acción. Sus recorridos siempre son transversales. Nadie recibe la pelota en un lugar donde el rival se vea sorprendido. No profundiza por los costados (laterales intrascendentes ofensivamente) y los delanteros recepcionan siempre de espaldas, nunca consiguen correr hacia delante. Daba la sensación de que ni con la complicidad de un error inglés, Colombia era capaz de generar una opción de gol.

Más información
La presencia de 20.000 "hooligans" atemoriza Lens

Mejoras progresivas. Hoddle ha conseguido finalmente que en su equipo coincidan los mejores jugadores con una producción colectiva notable. Beckham, Owen y a lo mejor Mc Manaman, que en el peor de los casos quedará como un excelente recambio, enriquecieron el rendimiento global. Inglaterra, con los mejores futbolistas dentro del campo, se mantuvo equilibrada. Tuvo un funcionamiento defensivo impecable. Los partidos anteriores fueron presentando problemas que el técnico ha sabido resolver.

Mondragón, espléndido. El resultado no refleja la diferencia que existió entre los dos equipos. Hay un responsable casi exclusivo de esto: Mondragón, el consistente guardameta de Colombia.

Inofensivo. Colombia muestra una asombrosa falta de agresividad en ataque. Quedó reflejado en el inicio del segundo tiempo: pese a presentar seis futbolistas ofensivos -los delanteros Aristizábal, Ricar y Valencia, el media punta Valderrama, y los volantes Rincón y Lozano-, Inglaterra le creó cinco situaciones de gol clarísimas en ocho minutos, y Colombia ni se acercó al área contraria. Es decir, los intentos no sólo no consiguieron la pretensión, sino que comprometieron al equipo por detrás. La presencia exagerada de atacantes no garantiza llegada.

En busca de vuelo. Su actuación sitúa a Inglaterra por encima del nivel que venía mostrando hasta ahora y le aproxima al que se le atribuía antes de empezar el Mundial. El próximo paso del equipo es lograr vuelo futbolístico. Ya no se trata sólo de jugar bien o mejor, sino de acercar el rendimiento colectivo a la mejor versión de la que son capaces.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_