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Chamberí perdió en 1997 un millar de árboles por las obras de los túneles

Antonio Jiménez Barca

El distrito de Chamberí perdió en 1997 cerca de mil árboles a causa de las obras (nuevos túneles, aparcamientos, ampliación de la línea de metro). Para la concejal socialista Ruth Porta, el dato constituye "un ejemplo más de la desertización que lleva a cabo el Ayuntamiento". Para el concejal de Medio Ambiente, Adriano García-Loygorri, no supone gran problema: "Los que no puedan ser trasplantados se repondrán".

En 1997, Chamberí, además de la ampliación de la línea 7 de metro, ha sufrido las obras de dos túneles: el de Cea Bermúdez-avenida de Filipinas y el de Ríos Rosas. Además, se van a excavar 1.600 plazas de aparcamiento subterráneo.Según el inventario municipal de árboles, a finales de 1996, la ciudad contaba con 201.012 árboles. Un año más tarde, el número de ejemplares creció hasta llegar a los 213.663. De los 21 distritos con los que cuenta la capital, 15 de ellos cuentan con más árboles en las calles y cinco disponen de los mismos ejemplares (Centro, Moncloa-Aravaca, Villa de Vallecas, Vicálvaro y San Blas). Sólo Chamberí ha perdido. En 1996 contaba con 13.329; el año pasado, con 12.335.

El concejal de Medio Ambiente sostiene que, a pesar de las obras, "el distrito, al final, no perderá árboles". Y lo explica: "De los que se han arrancado ahí, unos 300 ya han sido repuestos, bien porque se han recuperado los que se trasplantaron, bien porque se han plantado ejemplares nuevos. Y el resto se repondrá. Al final, el saldo se compensará".

Por su parte, la edil socialista Ruth Porta argumenta: "Ya estamos con lo de siempre; se cargan árboles y dicen que los trasplantan. Hay que recordar que nunca se recuperan los árboles cuando se trasplantan como lo hace el Ayuntamiento. Al final, repueblan con unos palitroques pequeñajos que no sirven para nada". La edil socialista lamenta que "poco a poco Madrid va perdiendo esa costumbre tan europea de mantener en las calles grandes árboles de hoja caduca, que en verano dan sombra y en invierno dejan pasar el sol".

Loygorri recordó el viernes: "La ordenanza municipal "obliga a replantar los árboles destruidos a razón de los años que tiene el ejemplar que se abate. Y los que se plantan, por lo general, tienen cuatro o cinco metros de alto".

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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