Agitados ánimos anticomunitarios
En Alemania han sentado mal varias decisiones de Bruselas, como el veto (pese a la gestión personal del canciller Kohl) a la fusión de las cadenas de televisión de las compañías Kirch y Bertelsmann en un canal digital de pago. La prensa del grupo Springer, de donde proceden el nuevo portavoz del Gobierno y el nuevo asesor de imagen del canciller, agita los ánimos anticomunitarios con la amenaza de tener que celebrar las fiestas británicas en Alemania por decisión de los «eurócratas de Bruselas». El ambiente anima a planteamientos que antes no eran «políticamente correctos».
Theo Waigel, ministro de Hacienda y presidente de la CSU, se ha solidarizado con las reivindicaciones de la Unión de los Expulsados, que en su congreso anual se opuso al ingreso de la República Checa en la Unión Europea hasta que este país no haya anulado las leyes que avalaron la expulsión de tres millones de alemanes de Checoslovaquia en la posguerra europea.
Erika Steinbach, diputada de la CDU y presidenta de la Unión de los Expulsados, compara a los alemanes de Europa Oriental con los bosnios y los tibetanos, los considera víctimas de una limpieza étnica y pide que se les indemnice por las propiedades perdidas.