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Los partidos alemanes buscan el aislamiento de la extrema derecha

Pilar Bonet

No seguir la corriente a los extremistas de derecha en la campaña para las elecciones del 27 de septiembre se está convirtiendo en una consigna para los partidos políticos alemanes tras los comicios de Sajonia-Anhalt, que dieron un 13% de los votos a la Unión del Pueblo Alemán (DVU) el domingo pasado. Ese era el mensaje que transmitían ayer políticos de diversas tendencias, mientras los medios de comunicación continuaban «desenmascarando» a los líderes de la DVU en el Este de Alemania.

El delfín de Helmut Kohl, Wolgang Schäuble, jefe del grupo parlamentario democristiano de la CDU/CSU en el Bundestag, manifestó a la cadena televisiva N-TV que «lo peor que podría hacer Alemania sería dejar que creciera la xenofobia». En el periódico Die Welt, el vicepresidente del Partido Socialdemócrata (SPD), Wolfgang Thierse, desaconsejó tanto la utilización de la carta nacionalista como una mayor dureza en las cuestiones de extranjería. El ex ministro de Exteriores, Hans-Dietrich Genscher, advirtió que los argumentos de la extrema derecha no deben incorporarse a la campaña electoral.A estas declaraciones se añadían los primeros comentarios sobre los enfrentamientos con la policía, que ocurrieron el viernes en Leipzig a raíz de una concentración del Partido Nacional Alemán (NPD), una formación de extrema derecha, y una contramanifestación de izquierdas. El secretario del grupo de Los Verdes en el Parlamento federal, Werner Schultz, ha solicitado que se prohíba el NPD y criticado la permisividad ante las manifestaciones de extrema derecha. El presidente del Consejo Central Judío de Alemania, Ignatz Bubis, a su vez, pidió multas más severas para los alborotadores callejeros.

A los disturbios de Leipzig siguieron, en la noche del viernes, otros disturbios en Berlín, protagonizados por 6.000 militantes de ultraizquierda, que concluyeron con el saqueo de comercios. Parte de los manifestantes de Berlín habían llegado de Leipzig.

Detalles poco atractivos de la biografía de los nuevos diputados de la DVU en Sajonia-Anhalt afloran estos días en los medios. El semanario Der Spiegel, en el número que sale mañana a la venta, sostiene que uno de los diputados, Jörg Büchner, colaboró durante 14 años (desde 1966 a 1980) con los servicios de Seguridad de la desparecida RDA. Según la revista, Mirko Mokry, que con 19 años es el diputado más jóven de la DVU, fue procesado por pintar un monumento con consignas de extrema derecha y cruces gamadas. El proceso, sin embargo, se suspendió al considerar los instructores que la pintada era una tontería juvenil.

Der Spiegel recoge la información ya publicada por el periódico Bild sobre el cabeza de la lista de la DVU en Sajonia-Anhalt, Helmut Wolf. Su ex mujer ha contado que Wolf la amenazó con una pistola de gas, se negaba a pagar las pensiones de sus dos hijos, le daba palizas y le exigía relaciones sexuales en estado de embriaguez.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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