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Los serbios de Kosovo se echan a la calle y piden mano dura a Milosevic

Varios miles de serbios de Pristina y sus alrededores se echaron ayer a la calle para exigir a su líder Slobodan Milosevic que no afloje sus riendas sobre Kosovo, la provincia serbia donde la mayoría étnica albanesa, que reclama la independencia, celebró el domingo sus segundas elecciones "parlamentarias y presidenciales" en seis años. La manifestación pacífica se desarrolló horas después de que representantes del Gobierno serbio y de los albaneses de Kosovo firmaran un acuerdo que permitirá la vuelta a las aulas de los estudiantes albaneses.

ENVIADO ESPECIALLos primeros resultados de estos comicios paralelos, que Belgrado no reconoce, fueron anunciados anoche. Sobre un 20% de votos correspondientes a 12 localidades, en todas ellas ha vencido la Liga Democrática (LDK), el partido mayoritario que dirige Ibrahim Rugova. La comisión no sabe cuándo tendrá los resultados del escrutinio presidencial, sobre los que no cabe sorpresa alguna. Rugova, único candidato, habría obtenido en muchos sitios el 95% de los sufragios, según su partido.A los gritos de "¡Serbia, Serbia!", entre seis y ocho mil personas convocadas por los estudiantes serbios de Pristina recorrían ayer el centro de la capital provincial entre grandes medidas de seguridad. El rector de la Universidad, Radivoje Papovic, un radical que sufrió un grave atentado a finales del año pasado, arengó a los participantes: "Son los albaneses, no nosotros, los que están invitados aquí... la casa es Serbia, nuestra casa, y quien quiera estar en ella debe aceptar las normas de los dueños". Los himnos patrióticos que desde viviendas y comercios serbios trataban de insuflar ardor entre los manifestantes contrastaban con la patente desgana de la mayoría, que desfilaba bajo una cellisca intermitente.

"¡Traición, traición!", repetían los más exaltados, aludiendo a la firma del acuerdo educativo, prometido por Milosevic al líder albanés Ibrahim Rugova hace año y medio, por el que más de 200.000 estudiantes de Kosovo podrán reintegrarse paulatinamente y en un plazo de tres meses a las aulas estatales, para recibir clase en su lengua y por sus profesores de origen albanés.

Desde que en 1992 los albaneses proclamaron unilateralmente en referéndum su independencia, los centros serbios les fueron prohibidos y su sistema educativo fue sumergido en un gueto. Las enseñanzas medias y los estudios universitarios se imparten todavía en casas particulares, donde los alumnos se hacinan y carecen de los materiales necesarios.

El compromiso entre Belgrado y los secesionistas albaneses, conseguido con la mediación de la organización católica de San Egidio, sólo contempla por el momento la reintegración de los estudiantes a un espacio físico.

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