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La dirección de UGT incorporará a tres mujeres y dos críticos

El congreso confederal que UGT celebra la próxima semana cierra formalmente su crisis interna con la entrada en la nueva dirección de dos miembros de la línea crítica que encabezó Manuel Fernández Lito (previsiblemente Teodoro Escorial y Carmen Rangil). El propio Lito presidirá el congreso, al que ha rehusado asistir el presidente del Gobierno, José María Aznar. La ejecutiva contará en total con tres mujeres.

Aznar asistió a los anteriores congresos de UGT como máximo dirigente del Partido Popular, pero no considera conveniente hacerlo ahora como presidente del Gobierno. Sí acudirá el ministro de Trabajo, Javier Arenas, que intervendrá en la apertura, junto al secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, y al líder de CC OO, Antonio Gutiérrez.El presidente del Congreso será Lito, para dejar constancia del cierre de la división interna a la que se enfrentó Cándido Méndez tras acceder a la secretaría general y que provocó un congreso extraordinario en 1995.

En la nueva ejecutiva van a entrar dos miembros del sector de Lito, pertenecientes a Cataluña y Construcción, las federaciones que junto a Me tal encabezaron la confrontación con Méndez. Los nombres, con más probabilidades son Teodoro Escorial, secretario de organización de Construcción, y Carmen Rangil, secretaria de acción sindical en Cataluña, aunque por razones familiares no desea trasladarse a Madrid. El líder de esta federación, José María Álvarez, va a entregar a Méndez una relación con otras candidatas

Aunque la lista definitiva de la ejecutiva no se cerrará hasta el congreso, además de la representante catalana y de Almudena Fontecha, actual secretaria de acción social, habrá una tercera mujer. De la actual dirección salen Luciano González, secretario de formación, y Antonio Ordóñez, que seguirá como responsable de prensa pero sin formar parte de la ejecutiva, y previsiblemente Sebastián Reyna. En ese caso, Antonio Retamino pasaría a hacerse cargo de la secretaría de tesorería.

La dirección se mantiene con 11 miembros, aunque cambia su estructura y se refuerza el carácter colegiado. Si el congreso aprueba una enmienda a los estatutos, sólo habrá cuatro cargos identificados: secretaría general, organización, tesorería y acción sindical. Los otros miembros de la dirección serán también elegidos por el congreso, pero sin concretarse los cargos. Las responsabilidades se distribuirán en función de las necesidades.

Con ello se quieren evitar los problemas surgidos cuando, en plena crisis, el pronunciamiento de tres disidentes de la dirección -José Luis Daza, Gustavo Gardey y Dionisia Muñoz- paralizó su trabajo.

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