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Un pueblo ambulante

Tanto en Madrid como en Barcelona el Cirque du Soleil ha tenido durante los últimos años permanentes contactos con los ayuntamientos, ya que para presentar Alegría han tenido que encontrar emplazamientos en los que pudieran disponer de 20.000 metros cuadrados. Una vez lo consiguen, tienen que emplear ocho, días de intenso trabajo para transformar en un pequeño pueblo habitable las 800 toneladas de materiales que trasladan en 50 camiones. Sólo para el montaje de la gran carpa se emplea durante más de una semana a 100 personas, durante 12 horas diarias. Alrededor de la carpa se alza una aldea contemporánea en la que viven 150 personas (sin contar las otras 150 que contratan temporalmente en cada ciudad), entre las que además de técnicos y artistas hay dos profesoras, que dan clases a los pequeños habitantes de este pueblo ambulante, dos fisioterapeutas que cuidan a los artistas y seis cocineros que atienden las necesidades gastronómicas de esta gran familia formada por profesionales, entre 6 y 56 años, de Bielorrusia, Canadá, Estados Unidos, Francia, Georgia, Gran Bretaña, Mongolia, Polonia, Rusia y Ucrania.

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