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Reportaje:

Demasiado para el 'Lega'

El nuevo estadio del Leganés fue incapaz de acoger a todo el público que acudió a su inauguración

F. Javier Barroso

"Habrá que estudiarlo o que alguien nos lo explique bien, porque esto tiene mucha miga y yo no sé nada de informática". Con estas palabras se refería el encargado del marcador electrónico, Desiderio Perianes, al nuevo artefacto luminoso instalado en el estadio Nuestra Señora del Butarque, de Leganés (175.000 habitantes), que ayer se inauguró. La apertura del campo estuvo plagada de incidencias: retraso de 15 minutos del comienzo del partido, largas colas para acceder a la tribuna y bloqueo de los tornos al completarse el aforo.El estadio, con capacidad para 8.500 espectadores, está dotado con los sistemas de seguridad más avanzados. Un total de 34 cámaras vigilan el campo de fútbol y aledaños. La vigilancia es tal que se puede grabar en vídeo o imprimir las imágenes para posibles reconocimientos judiciales. Éste es el primer equipo de Segunda División que lo tiene. Las entradas tampoco se cortan como antes. Un lector óptico registra el código de barras de los pases y libera los tornos. "Nosotros no tocamos ningún papel, se encargan las máquinas ésas", dicen con resignación los porteros del club pepinero. De hecho, una empresa de seguridad tuvo que encargarse ayer de los accesos.

Este sistema, cuyo coste asciende a 200 millones de pesetas causó más de un desaguisado. Está configurado de tal modo que si se supera el aforo del campo, se bloquean los tornos y no se deja entrar a nadie. Fue lo que ocurrió con una treintena de espectadores. El número de socios (unos 1.500) y las entradas repartidas superaron las 8.500 localidades. Esto obligó a más de un aficionado a esperar más de media hora para sentarse. "Esto es para montar un follón del copón. A quien se le cuente que el presidente regional está ahí dentro bien sentado y un aficionado del Lega aquí fuera, no se lo cree", protestó Antonio Bullido, uno de los afectados. El nuevo estadio ha costado 800 millones de pesetas, aportados por el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid junto con la Liga de Fútbol Profesional.

No fue el único incidente. Los aficionados. esperaron hasta 45 minutos para llegar en coche a los aledaños del estadio. La única carretera de entrada se quedó angosta, como el aparcamiento para 1.000 coches y 40 autocares. Los que optaron por el tren, en Zarzaquemada, tuvieron que andar durante 20 minutos por un descampado lleno de barro.

Mientras, el presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón; el alcalde de Leganés, José Luis Pérez Ráez (PSOE), y el consejero de Urbanismo, Luis Eduardo Cortés, hicieron los protocolarios honores en el terreno de juego, de 105 por 70 metros. Corte de cinta, descubrimiento del escudo del Leganés y saque de honor (realizado por los niños Samuel Blázquez y Sandra Cortés). Un conjunto catalán representó una corta obra de teatro sobre el césped pepinero. "Pedimos paciencia porque al ser el primer partido siempre hay fallos que iremos subsanando. Faltaba rematar algunas cosas que no habíamos previsto", confesó el presidente del Leganés, Jesús Polo. La salida no fue mejor. Los conductores esperaron hasta media hora para abandonar el estadio, y ello tras ver cómo su equipo empataba a un gol con el Xerez.

Más información en Página 48

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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