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Ley de silencio.

Cuando Fischler presentó su primera propuesta de reforma, rebajada finalmente a mero "documento de reflexión", sólo los socialistas se atrevieron a discrepar de la estrategia agresiva con que fue recibido por la ministra Loyola De Palacio, jaleada sin descanso por la Mesa del Aceite y la totalidad de los medios de comunicación españoles.Pero ese clima creciente de cruzada ha acabado por aniquilar todas las voces discrepantes. Sobre todo, desde que el sector olivarero, el Partido Popular e Izquierda Unida empezaron a acusar al PSOE de defender a Fischler y alinearse con los intereses italianos.

El presidente de la Comisión de Agricultura del Parlamento, Europeo, el socialista español Juan Colino, fue forzado por su partido a retirar dos enmiendas al famoso 'informe Jové' tras la campaña organizada contra él por la prensa andaluza. Colino "se alinea claramente con las tesis de Fischler, la Comisión y los italiano?, escribió ABC de Sevilla el 10 de noviembre de 1997. "IU denuncia que un eurodiputado socialista quiebra el frente contra la reforma de la OCM", publicó Jaén el 17 de octubre. "El PP acusa al PSOE de traicionar a los olivareros en el Parlamento Europeo", clamó El Correo de Andalucía el 31 de octubre. Eso bastó para implantar definitivamente la ley del silencio entre los discrepantes.

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La cruzada del aceite

Juan Colino sigue sin hablar. Luis Atienza sí acepta, y hace autocrítica: "Al principio explicamos nuestra posición haciendo hincapié en que lo menos importante en el debate era si las ayudas se debían otorgar al árbol o a la producción, pero es cierto que llegó un momento en que no supimos romper la barrera del riesgo de que nos acusaran de traidores, era políticamente suicida".

Pero la guerra del olivo también suscita problemas entre socialistas. Los intereses no son los mismos en las tres comunidades que gobiernan. Para Castilla-La Mancha es indiferente que la ayuda se otorgue al árbol o a la producción. En Extremadura hay menos indiferencia.

Y es en Andalucía donde se centra la oposición a la reforma de Fischler. Pero incluso dentro de Andalucía. los intereses son contrapuestos. La subvención a la producción beneficia sobre todo a los olivareros de los valles y la ayuda al árbol a los de la serranía.

Otras comunidades también prefieren las ayudas al árbol. Como Cataluña, que no ha hecho un caballo de batalla.O Baleares, donde el PP tuvo que bloquear una propuesta del Gobierno autónomo en defensa de esa tesis. O parte de Aragón y de la Comunidad Valenciana.

Pero todos han preferido guardar un discreto silencio que les evite caer en las garras de una Mesa del Aceite dispuesta a linchar a quien no defienda mantener, corregidas y aumentadas, las ayudas a la producción... de los grandes productores.

[La ministra de Agricultura, Loyola de Palacio, declaró ayer a Efe que España e Italia "deben hacer frente común en la defensa del aceite de oliva", porque son más las cosas que unen a ambos países que las que les separan. El Gobierno italiano ha apoyado el último borrador sobre la reforma del sistema de ayudas comunitarias al sector olivarero, mientras que De Palacio lo ha considerado inaceptable.

Pese a ello, la ministra considera que lo posición española coincide con la italiana "en asuntos esenciales". De Palacio rechazó que España se haya quedado sola en este asunto y recordó que tanto Portugal, que rechaza también el borrador de Fischler, como Alemania, han prometido su apoyo a la posición española].

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