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Procesados 33 presuntos miembros del 'clan de los Charlines' por introducir droga en Europa

Xosé Hermida

El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón dio ayer otro paso adelante en la enconada batalla que mantiene desde hace siete años contra la familia Charlín, considerada como el principal clan del narcotráfico gallego. Garzón dictó un auto de procesamiento en el que inculpa de un solo golpe a 33 presuntos miembros de la banda; entre ellos, Josefa Charlín, hija del patriarca del clan, y un hermano de éste, José Luis, quien ya cumple condena penitenciaria. Contra 17 de los procesados, Garzón emitió órdenes internacionales de busca y captura. El juez les vincula con diversas operaciones por las que introdujeron en Europa tres toneladas de hachís y 1.850 kilos de cocaína.

Desde la cárcel, donde ingresó el pasado 11 de noviembre, el patriarca Manuel Charlín Gama volvió a tropezar ayer con la sombra permanente de Garzón. El magistrado ha ido reuniendo pruebas que le han permitido intervenir la mayoría de los bienes del clan en España -sus negocios se extienden también a Portugal y Marruecos- y procesar a padres, hijos, yemos y demás familia.Hasta ahora, Garzón no ha logrado ninguna condena firme contra el patriarca -absuelto en el caso Nécora y que no aparece imputado en el auto de ayer-, pero el cerco judicial ha conseguido que el presunto capo apenas haya podido disfrutar de cortos periodos de libertad en los últimos siete años.

El auto dictado ayer, que incluye órdenes de prisión provisional para todos los procesados y fianzas de entre 10 y 50 millones de pesetas, se refiere a diversas operaciones de tráfico de hachís y cocaína realizadas entre 1990 y 1991. Utilizando dos buques, el Rand y el Halcón II, el clan logró introducir en España en tres viajes distintos 3.000 kilos de hachís y 1.850 de cocaína. Garzón detalla los largos recorridos de los buques, que utilizaron diversos puertos de América y África: Panamá, la isla caribeña de Curaçao, Cabo Verde, Dakar (Senegal) y Casablanca y Agadir (Marruecos).

Garzón afirma en el auto que el clan se dividía en dos grupos diferentes, encabezados por Josefa, hija del patriarca, y el hermano de éste, José Luis, quien ya cumple una condena de 30 años de prisión por otro alijo de una tonelada de cocaína.

Además, entre los imputados figuran otros dos hermanos de Josefa Charlín -Melchor y Adelaida- y varios miembros del clan de Os Caneus, antiguos socios de los charlínes, a quienes delataron a la justicia tras enemistarse. El jefe de Os Caneus, Daniel Baúlo, fue asesinado por pistoleros colombianos a la puerta de su casa.

En su auto, el juez Garzón señala cómo, tras el traslado de una tonelada de cocaína en octubre de 1991, también surgieron diferencias entre los charlines y sus proveedores colombianos. Estos no estaban de acuerdo con el reparto del botín y reclamaban el pago de 200 millones de pesetas, para lo cual retuvieron en Colombia a Melchor Charlín, quien había acudido a negociar en nombre de la familia. La deuda se saldó con una aportación de 150 millones.

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De estas desavenencias comerciales se tiene constancia por la intervención del teléfono de la Casa del Mar de Vilanova de Arousa (Pontevedra), que los miembros del clan de los charlines solían utilizar para comunicarse con sus socios.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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