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El FMI advierte que la crisis de los mercados asiáticos puede ser más grave

La crisis financiera que atraviesa Asia puede intensificarse en los próximos meses. Ése fue el mensaje transmitido ayer en Washington por el economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Michael Mussa, durante la presentación del informe que rebaja ocho décimas (del 4,3% al 3,51%) el crecimiento mundial de la economía en 1998 a causa de las turbulencias asiáticas. La previsión para Japón, la peor entre las grandes potencias, desciende un punto y se queda en el 1,1%. Para Estados Unidos y la Unión Europea, la rebaja es mínima.

La crisis asiática ya provocó que el FMI anunciara, el pasado 5 de diciembre, que revisaba a la baja el crecimiento mundial. Una décima para este año (lo situó en el 4,1%), pero ocho para 1998 (del 4,3% al 3,5%). Ayer, Michael Mussa ratificó esos pronósticos y los desmenuzó por áreas.La reducción más drástica afecta, naturalmente, a los países asiáticos. Por ejemplo, el FMI estima que el aumento del producto interior bruto (PIB) para el conjunto de Tailandia, Indonesia, Malaisia y Filipinas pasará del 5,4% al 1,7% en 1998. El grupo constituido por Corea del Sur, Taiwan, Singapur y Hong Kong no tiene mejores expectativas para el año próximo, puesto que crecerá un 3,6%, no el 6% esperado.

No obstante, lo más preocupante es el recorte pronosticado para una de las grandes potencias económicas mundiales, Japón. Según el FMI, su crecimiento no será del 2,1% previsto, ni tan siquiera del 1,9% que espera el Gobierno nipón, sino del 1,1%. Un recorte de un punto.

En el caso de Latinoamérica, una de cal y otra de arena. El FMI espera un vigoroso crecimiento del 5,2% para este año (1,1 puntos por encima de lo estimado). Por contra, en 1998 ese crecimiento será del 3,5%, nueve décimas por debajo de lo pronosticado.

Las expectativas para Estados Unidos y la UE prácticamente no varían. EE UU crecerá en 1997 un 3,8% (una décima más) y 2,4% el año próximo (dos décimas menos). En la UE, el crecimiento será del 2,6% (una décima más de lo esperado) en 1997 y del 2,7% (una décima menos) en 1998.

Tras ofrecer estas pinceladas, Mussa señaló que la crisis asiática no está superada y advirtió que puede agravarse durante los próximos meses. El economista manifestó que de no haberse producido la crisis, la Reserva Federal (banco central de EE UU) "hubiera tenido que subir los tipos varias veces", debido a que "la expansión de su economía no era sostenible".

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