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Entrevista:

"Todavia no me he ganado un nombre propio"

Si Jan Ullrich, el ganador del último Tour y flamante deportista del año en Alemania, que acaba de cumplir 24 años, no da muestras de alegría será porque las emociones fuertes le restarían posibilidades de volver a ganar el Tour en 1998. Poco le importa que en Merdingen, el pueblo de la Selva Negra donde vive, hayan bautizado una calle con su nombre, ni que en su ciudad natal de Rostock, en el mar Báltico, estén molestos porque el campeón no acudiera a firmar en el libro de oro. Los besos al ganador de las azafatas del Tour y las entregas de premios le resultan una pérdida de tiempo. Huyó de la fama a Fuerteventura, a entrenar, por supuesto, y dejó claro: "Si quiero progresar en mi deporte y volver a aspirar al Tour necesito menos entrevistas y más regeneración. Hay otros que han dicho que sí a todo y luego se han quedado en nada".Pregunta. Le han apodado el nuevo caníbal", en referencia a Eddy Merckx. ¿Se siente cómodo con el apodo?

Respuesta. Para nada caníbal, eso no me dice nada. Es que Merckx lo quería ganar todo, pero, además de que esto hoy es imposible, no es mi estilo. Se ha visto en el Tour que me limité a defender el maillot amarillo y no me lancé a ganar etapas.

P. Según los titulares, Franz Beckenbauer ya no es el único kaiser de los alemanes.

R. Eso son etiquetas que buscan los medios de comunicación, pero que no tienen nada. que ver conmigo. La verdad es que creo que todavía no me he ganado un nombre propio.

P. Dijo que no se le puede comparar con Induráin, por ser él muy grande.

R. Claro que Induráin, durante una época, fue un ídolo para mí. Pero yo no copio a nadie. Se ha podido ver en el último Tour que sé hacer un poco de todo; tengo una buena mezcla, como Miguel -pronuncia Mí-gu-el-. Él ha mostrado que hay que mantener siempre la tranquilidad, que no hay que preocuparse cuando en primavera viajas en la cola del pelotón, que hay que concentrarse en el verano. Lo de ganarlo todo en un año ya es imposible.

P. ¿Por qué?

R. Porque hoy el rendimiento de los corredores y la competitividad son tan altos que cualquier carrera se gana únicamente estando a tope, porque ahora hay gente preparada durante todo el año.

P. ¿Y usted, a su edad, ya ha llegado al tope?

R. Las autocalificaciones siempre son difíciles. Sé que todavía no he llegado a mi máximo rendimiento, que, se supone, se alcanza entre los 27 y los 30 años de edad. Actualmente, me hago anualmente unos 33.000 a 35.000 kilómetros, y cada año tendré que aumentar unos dos mil kilómetros para alcanzar mi máximo nivel.

P. Acaba de prolongar su contrato con Telekom hasta el año 2004. ¿Será tiempo suficiente para empatar con Induráin?

R. La verdad es que lo veo muy difícil. -Pausa-. Creo que no llegaré a conseguirlo. -Pausa más larga- Es tan difícil mantener el máximo nivel durante tantos años... Mire el propio Induráin; yo hubiese pensado que por su condición física ganaría su sexto Tour, y hasta un séptimo; pero nunca se sabe: se pierde la motivación, llegan corredores más jóvenes, llega la familia y esas cosas.

P. ¿Su absoluta concentración en las tres semanas del Tour le impedirá participar en las otras grandes vueltas?

R. Sí; va a ser muy difícil que me vean en un Giro, porque me impediría estar en plena forma en julio. Todo eso también depende de mi curva de rendimiento. Cuando sea más viejo podré aumentar también el programa.

P. Tras la Vuelta surgieron acusaciones de dopaje contra us- ted y Riis, lanzadas por el deportivo francés L'Équipe y el campeón olímpico Pascal Richard.

R. Eso no tuvo ni pies ni cabeza. Richard, incluso, me mandó una carta pidiéndome disculpas.

P. ¿Y qué me dice de las envidias en su propio equipo? Riis anuncia que irá a por todas en 1998.

R. Lo decisivo será quién es el mejor en verano, y eso se vera pronto. Y en el caso de que fuera Bjarne, yo le ayudaré en lo que pueda. En nuestro grupo no hay un líder con un poder absoluto como puede haber en otros. Somos 17 corredores y cada uno tiene su cometido. Yo, durante parte del año, trabajo para otros, y en verano, si es que estoy en forma, espero que se trabaje para mí.

P. Su compañero Erik Zabel, el mejor sprinter del Tour, acaba de quejarse en una entrevista en el rotativo Frankfurter AlIgemeine Zeitung, de que "el éxito de Jan ha destrozado al resto del ciclismo", porque las carreras en las que usted no compite ya no interesan a nadie.

R. ¿Ah, sí? No lo había leído. Creo que son tonterías. Zabel es un corredor de etapas y no de grandes vueltas. Cuando él quiera volver a ganar la Milán-San Remo, yo le ayudaré. Y los aficionados también van al Giro aun que yo no esté.

P. ¿Un ídolo nacional no debe ser más ambicioso?

R. Sin ambición, no sería ningún deportista. Pero mayores que mis ganas de ganar a los demás son las de progresar en mi deporte. Lo de ser el primero es un poco la mentalidad alemana. Si no ganas eres un perdedor. Si el próximo año me quedo el décimo, de ídolo nacional, nada.

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