45.000 apadrinamientos en 24 horas

A las dos de la tarde de ayer, domingo, Jordi González, conductor del programa Moros y cristianos, de Tele 5, pasaba a la historia como "el loco de Cornellà". Tras mantener el tipo 24 horas ante las cámaras del que ya es el debate más largo de la historia de la televisión, Jordi consiguió que en un día los españoles apadrinaran a 45.037 niños del Tercer Mundo con una aportación de 2.500 pesetas al mes para cada uno. El reto que lanzó hace una semana desde el plató de su programa en Cornellà de Llobregat, Barcelona, cuyo objetivo era apadrinar a 10.000 niños, le ha costado el apodo. Y a Jerry Lewis salir del Libro Guinnes al perder el récord mundial por el debate más largo (20 horas de emisión en directo) y cedérselo al conductor de Moros y cristianos.Segundos antes de las dos de la tarde del sábado pasado, y tras un significativo "¡Que Dios reparta suerte!", los técnicos de Moros y cristianos apretaban el botón del cronómetro. Se iniciaba la cuenta atrás de un telemaratón que pretendía apadrinar a 10.000 niños de las ONG Ayuda en Acción y la Fundación Vicente Ferrer. Cinco horas después se habían roto todos los pronósticos. El objetivo estaba superado. Todavía quedaban 19 horas por delante.

Tres escenarios distintos alentaban el espíritu solidario del espectador. En el plató de Moros y cristianos en Barcelona, Jordi González, fianqueado por sus polemistas habituales (Ramoncín, Pepe Sancho, Carmen García Ribas, Anna Grau, Javier Nart y Juan Adriansens) y por las 4.500 personas que llenaron por turnos las 750 butacas del público, solicitó en más de una ocasión la ayuda de los dos masajistas que les acompañaban entre bambalinas y recurrió a varias duchas rápidas, afeitados y cambio de vestuario. El resto, fruta, hidratos de carbono, café, chocolate y churros.

El segundo plató se instaló en la sede telefónica de Bankinter en Alcobendas (Madrid). La entidad puso a disposición del programa 180 centralitas, por las que pasaron 630 telefonistas voluntarios. Más de un millón y medio de espectadores intentaron acceder a ellas, pero sólo pudieron canalizar 59.000. Entre los voluntarios de Bankinter, cerca de cien famosos se sucedieron durante el tiempo de emisión para recoger las llamadas. La casa de la familia Álvarez Moya, en Ávila, fue el tercer escenario del telemaratón. Los Álvarez acogieron a las cámaras de Tele 5 que fueron testigos de su solidaria resistencia.

Casi en el ecuador del programa, el conductor de Moros y cristianos pidió a su polemista Juan Adriansens que le relevara como moderador. La bronca del público y el conato de amotinamiento del resto de polemistas que abandonaron el plató obligaron a Jordi a volver de la ducha en menos de 10 minutos y con la camisa sin encajar en el traje. Esto empezaba a ser parte del anecdotario. Mientras, la pantalla de Madrid contabilizaba 24.585 niños apadrinados.

Algunos de los famosos que ocuparon las centralitas comentaban a esas horas su experiencia como telefonistas. Javier Martín, de Caíga quien caiga, tuvo que hacer frente a una señora que le espetó: "¿Y qué pasa con los mendigos de España y con los niños de aquí?". Martín, pacientemente, le explicó los objetivos de este telemaratón, pero no consiguió que apadrinara a un niño del Tercer Mundo. Él sí lo hizo; igual que su compañero en CQC Manolo Caballero. Concha Cuetos, una de las protagonistas de la serie En plena forma (Antena 3), que ya tiene dos niños apadrinados en la India, rellenaba los datos del tercero después de atender teléfono. A Emilio Aragón, entre dato y dato, también le preguntaban si por fin se casaba con Lydia Bosch en Médico de familia.

Al debate más largo de la historia de la televisión sólo le quedaban 10 minutos para cumplir 24 horas en antena. Para la despedida, Jordi González se rodeó de su antecesor en Moros y cristianos, Xavier Sardá, una directora de Ayuda en Acción y Enric Torrella, de la Fundación Vicente Ferrer, y contactó por teléfono con Ferrer desde la India. "¿Sabe que hemos conseguido 45.037 niños apadrinados?", le dijo Jordi a este último. "¡Tú estás sonando!", contestó Ferrer, sorprendido. Torrella replicó apabullado: "¡Lo hemos conseguido gracias al loco de Cornellà!".