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FESTIVAL WOMAD 97

Músicas mágicas quitan el sueño a Gran Canaria

Llegó la tercera noche del WOMAD, un festival con un cartel multicultural, tan lleno de estrellas que se llenó hasta la luna, aumentando la magia de estas noches de música que durante el fin de semana se están sucediendo en la grancanaria Playa del Inglés. Pues magia es lo que desplegaron los músicos que durante la noche del viernes abrieron el mejor de los festivales de música étnica en una de las más bellas playas del mundo.

Se consumaron los esperados triunfos de Enrique Morente y Lartija Nick, con su espectáculo sobre el Poeta en Nueva York lorquiano, y del gran showman argelino Hamid Baroudi. Pero el WOMAD, el Mundo de la música, del arte y de la danza, a los 15 años de su creación por el cantante Peter Gabriel, aún es capaz de dar primicias que en ocasiones se producen más allá de las tres de la madrugada.Blek Bala Mujik, un grupo formado por aborígenes australianos y liderado por Peter Miller, enloqueció al público con lo inaudito. Nunca antes un grupo de esta etnia había tocado en Europa y los músicos se han visto tan sorprendidos como lo estuvo el auditorio del WOMAD, que nunca antes había oído tocar el digeridu, una mezcla de instrumento de viento y percusión con un sonido supersónico sobrecogedor, y mucho menos por unos músicos ataviados con taparrabos.

Miller mostró ser uno de los mejores predicadores musicales desde que Bob Marley dio identidad a Jamaica, y sus palabras reflejan el espíritu original del WOMAD: "No tenemos intenciones comerciales. Queremos que nues tra comunidad, unas 500.000 personas, aparezca en el mapa. Cuan do volvamos a nuestra tierra volveremos a cazar y a realizar nuestros rituales".

También magnífico estuvo el argelino Hamid Baroudi, uno de los primeros hombres de la prime ra hora del etno, ex componente del legendario grupo Dissidenten Baroudi encandiló al público con su agresiva presentación de una música en la que caben elementos de Arabia, el África negra y una docena de estilos de la música occidental.

Hamid Baroudi constata en lo referente a la explotación cultural de los músicos "negros'? por una industria "blanca": "Me da igual que sea un americano o un alemán el que me diga que quiere hacer dinero conmigo. Puede hacerlo, pero tiene que dejarme la libertad de decidir sobre mi música. Lo de la explotación es como el amor: si es unilateral no funciona nada, como tampoco funciona cuando se encuentran dos culturas y una siempre toma y no da nada a cambio. Pero me das tu tecnología y yo te doy mis materias primas eso beneficia a los dos. Por eso me alegro de que en Europa no haga tanto sol ni haya tanta playa,. porque de lo contrario los africanos nos quedaríamos fuera".

La noche anterior se produjo la actuación del irlandés Van Morrison, que convocó más de 100.000 espectadores. El León de Beffiast, como era de esperar, no rugió para la prensa y se limitó a hablar a través de su músic a. Música de fusión étnica, por cierto, que él ya practicaba cuando esta corriente musical aún no existía, conjugando lo más negro de la música americana con los sonidos de su tierra celta.'

Además del mito que nunca quiso serlo, el incansable público del WOMAD pudo disfrutar de los ingleses Ghostland, los Bhundu Boys de Zimbabue, los famosos tambores de Burundi y de tres potentes voces femeninas: el vanguardismo de la renovada Patricia Kraus, la potencia de Amparo Sánchez al frente del grupo granadino Amparanoia y la musicalidad cubana de Lucrecia, la triunfadora del WOMAD de Cáceres del pasado mayo, cuyo arte oscila entre el bolero y el rap. Los ¡talo-africanos Mau Mau se encargaron de cerrar la noche.

El malinés Alí Farka Touré será la gran estrella de hoy y volverá a manifestar que las auténticas raíces del blues han de buscarse en Tombuctú. Volverán los de Burundi y se podrá conocer el arte de tocar los tambores en la India con Dhol Foundation. El principal grupo folclórico finlandés Ärttinä y el Nakaranga Trío, también de Burundi, completarán la jornada que se cierra con la actuación del grupo Zap Mama, fundado por la camerunesa Marie Daulne, de padre belga y madre zaireña y formado por músicos de Senegal, Jamaica, Dinamarca, Bélgica y Burundi. La ONU también baila.

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