La cumbre de Iberoamérica llama la atención sobre la ética democrática
ENVIADOS ESPECIALESLos jefes de Estado y de Gobierno de Iberoamérica, que esta noche se reúnen en una cena de gala en la isla venezolana de Margarita, se han asignado una tarea aparentemente sencilla pero de compleja aplicación: ajustar su gestión a una ética democrática. En un continente sacudido hasta hace poco por los golpes militares y donde la corrupción todavía es moneda de cambio entre una clase política ansiosa por enriquecerse y una inversión extranjera en busca de gangas, la reflexión que se han autoimpuesto los gobernantes quedará saldada, sin duda, con un total consenso, aunque no todos ellos compartan un sincero compromiso con la democracia. La tradicional unanimidad sobre la declaración final se verá empañada, una vez más, por la presión contra FIdel Castro, la oveja negra de un grupo donde otros presidentes presentan también credenciales más propias de regímenes autoritarios que de democracias.
Los líderes de los 22 países iberoamericanos comenzaron a llegar ayer a esta isla turística férreamente vigilada por unidades militares. El despliegue no impidió que se produjera una falsa alarma en torno a un coche abandonado en las proximidades del centro de prensa. La tensión creada por la expulsión de un grupo de dirigentes del exilio cubano obligó al ministro del Interior de Venezuela, José Guillermo Andueza, a mostrarse contrariado porque la VII Cumbre Iberoamericana "se convierta en un acontecimiento en el cual la figura central sea Fidel Castro".
Los embajadores españoles de todo el continente han acudido, convocados por el secretario de Estado para la Cooperación Internacional e Iberoamericana, Fernando Villalonga, para analizar las tendencias principales en un momento de cambio acelerado de la economía internacional.
La Asociación Internacional de Radiodifusión (AIR), que reúne a emisoras privadas de radio y televisión de América y Europa, ha expresado su "profunda preocupación" por la inclusión del concepto de "información veraz" en la agenda de la cumbre, "por ser atentatoria contra la libertad de expresión".
