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El derecho a equivocarse ya no existe

Con el proceso de globalización, los políticos han perdido la libertad de adoptar políticas irresponsables y demagógicas. ¡Tanto mejor! Es posible crear nuevas oportunidades a partir de cada uno de los retos de esa mundialización. Oportunidades que pueden desarrollarse en los campos vastísimos que se abren a la productividad y a la innovación, a la inversión y a los intercambios de todo tipo. Pero ello sólo es posible con un salto cualitativo en la actuación de las autoridades nacionales y mundiales. ( ... ) Se dirá: "¿Cómo ejercer esa responsabilidad? ( ... ) ¿Acaso lo económico no prevalece sobre lo político, lo social o lo cultural?". Mi respuesta es no. ( ... ) Si alguna libertad se ve limitada, ésta es únicamente la de implementar políticas irresponsables. Los tiempos no permiten contentarse con errar menos que el vecino, o arriesgarse con programas demagógicos a la espera de que mejore la coyuntura. ( ... ) La negligencia y la arrogancia intelectual no son ya de recibo. Los mercados vigilan; el derecho a equivocarse ya no existe. Habrá quien se indigne con esa pérdida de libertad del político ante la fuerza anónima de los mercados. Pero ¿qué es el mercado sino el lugar donde millones de ahorradores tratan de protegerse de los efectos de políticas económicas irresponsables? Cierto es que los mercados a veces se equivocan, pero rara vez van en contra de políticas realistas. ( ... )

19 de octubre

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