La ampliación del aeródromo obligará a emigrar de la zona a las avutardas, las perdices y las codornices
El Plan Especial para la ampliación del aeropuerto de Barajas (construcción de la tercera pista y la nueva terminal) considera que los daños al medio ambiente y al paisaje de la zona serán de escasa importancia.Tan sólo admiten los responsables de AENA que algunas de las aves que vuelan por los alrededores del aeropuerto (avutardas, sisones, codornices y perdices) tendrán que "desplazarse levemente" como consecuencia de la ampliación de las instalaciones y la puesta en servicio de la tercera pista.
También reconoce AENA que algunos barrios de los pueblos próximos (fundamentalmente, Coslada, San Fernando, el distrito de Barajas y Belvis de Jarama) sufrirán un ruido superior a los 65 decibelios. Pero ya hay una solución en marcha: AENA ha previsto financiar distintas obras de aislamiento acústico en los domicilios afectados para evitar este impacto.
Respecto a la contaminación que producen los motores de los aviones, los expertos creen que con la nueva pista se agilizarán las operaciones, por lo que, aunque haya más aviones, el incremento de los humos no será significativo. Además, AENA confía en que la renovación de la flota de las distintas compañías aéreas contribuirá a disminuir los niveles de contaminación en Barajas.
El aeropuerto genera diariamente 1.325 metros cúbicos de aguas residuales, cifra similar a la que se registra en un municipio de 8.000 habitantes.
Con la ampliación, el incremento de aguas residuales será equivalente al que ocasionaría la actividad de otro pueblo de 2.000 habitantes. Barajas da trabajo directo a 21.000 personas y otras 41.000 se emplean en compañías cuyo principal cliente es el aeropuerto.
Las obras de la tercera pista, la nueva terminal y los servicios complementarios a estas dos instalaciones le costarán a AENA más de 146.000 millones de pesetas, según la memoria económica recogida en el Plan Especial de Barajas.
Con estas obras, el aeropuerto duplicará su extensión actual (1.000 hectáreas) y su capacidad (de 20 millones de pasajeros al año pasará a 40 millones, y de 225.000 operaciones de vuelo, a más de 400.000).
