La emoción de 'Carne trémula" se impone al 'glamour' en su preestreno
¿Visto uno, vistos todos? Sí, pero no tanto. Hubo la parafernalia inevitable en cualquier estreno almodovariano, la tropa habitual comandada por Chavela Vargas, varias bellezas de carnes apretadas y un número de famosos imposible de calcular... El toque novedoso y surrealista lo dio esta vez el equipo de baloncesto paralímpico La Fundosa-ONCE, que se presentó al completo y convirtió el cine en un batiburrillo de sillas de ruedas, fotógrafos, camarógrafos y estrellazas. Pero esta vez fue distinto: triunfó el cine. La gente asistió con intensa emoción a la primera proyección pública de Carne trémula, que será estrenada para el público en general el día 10 simultáneamente en España, Nueva York y Francia.
Los prolegómenos repitieron paso a paso la puesta en escena de toda la vida: el atasco en la Gran Vía y dos o tres centenares de curiosos a la caza de famosos. Tenían donde elegir: una muestra compacta pero heterodoxa y muy representativa de toda la fauna cultural noventaiochista madrileña.El cine Palacio de la Música se abarrotó de políticos -Carmen Alborch, Luis Yáñez...-, bailarines -Joaquín Cortés, Nacho Duato...-, poetas y literatos -Luis Antonio de Villena, Javier Marías, Francisco Umbral, Juan José Millás, Vicente Molina Foix...-, actores y actrices -todos los del reparto, menos Penélope Cruz, que según anunció Almodóvar está rodando con Stephen Frears, más Assumpta Serna, Verónica Forqué, Aitana Sánchez-Gijón, Pastora Vega, Imanol Arias, Miriam Díaz Aroca, Candela Peña, Micky Molina...-, gente de la farándula -Olvido Alaska, Lolita, Paula Dominguín...-, y un ramillete de directores, entre ellos Mariano Barroso, Manuel Gómez Pereira, Imanol Uribe y Gonzalo Suárez.
Pero la estrella indiscutible fue la ministra que presidía el Cuarteto Aguirre. Esperanza Aguirre llegó acompañada de tres hermanas menores -Piedad, María y Cristina- que se mostraron igual de desenvueltas que la regidora popular. Piedad contó con naturalidad que su hermana es la única persona que conoce que va todos los domingos al cine. María asintió sonriendo al aserto y Cristina, que nació cuando la Aguirre mayor estaba a punto de casarse, demostró todo el desparpajo de una adolescente: "Llevo aquí desde las nueve para ver a Javier Bardem, que me mola más que nadie".
La ministra, en cambio, venía, dijo, a ver a Pedro Almodóvar, "que me ha invitado". "Me divierte también mucho ver a Liberto [Rabal], que ya le vimos en esa película tan loca ["Más que amor, frenesí, apunta Piedad], y porque es hijastro de una gran amiga mía, Bárbara Aranguren". Relajada y sonriente, la ministra demostró que su memoria sigue sin estar fina. No acertaba a decir el nombre de David Menkes pero recordaba el de Eduardo Mencos, que, al parecer, es pariente suyo. Pero lo bueno es que lo tiene totalmente asumido: "Qué tienen que ver los fallos de memoria con no saber de cine". Y se metió en la sala, que andaba ya a reventar de cámaras, focos, y con Almodóvar micrófono en ristre subido en el escenario.
Su breve intervención alerto sobre la importancia del primer fotograma de la película y animó a la concurrencia a acercarse a La Riviera, el local en el que se celebraba la fiesta posterior. En la fiesta el espectáculo fueron los 2.000 Invitados, que cumplieron a rajatabla las órdenes de un Almodóvar que aparecía feliz: "O la gente que ha visto la película esta noche son muy buenos actores y saben fingir muy bien o es verdad que la reacción ha sido de entusiasmo". Una de las más entregadas fue Esperanza Aguirre, que besó al director diciéndole: "Me ha apasionado".
Babelia
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