El Athletic consuma su gesta europea
El conjunto bilbaíno fue muy superior a un Sampdoria que se rindió tras el penalti
El Athletic consumó su gesta europea sin pasar un apuro y con la suficiente dosis de autoridad ante un rival que bajó los brazos a la media hora. Su inferioridad numérica retrataba su inferioridad futbolística. Su academicismo era tan hermoso como indolente ante un Athletic que fue ganando metros hasta condenar a su rival a una actitud numantina para preservar al menos su dignidad en el marcador.El Athletic se comportó con la veteranía de un inversor avezado. Ahorró los fondos obtenidos en Génova consciente de la solvencia de su departamento defensivo. De salida cedió el balón, la iniciativa y el terreno a su oponente. Sólo se apropió del reloj, a priori la inversión más ventajosa de la oferta.
El Athletic dejó hacer, esperó al Sampdoria en su terreno, allí donde el pasillo se estrecha y los obstáculos crecen. La especulación la rentabilizó pronto en un bien intangible: el Sampdoria es de una pulcritud que asombra pero su escasez ofensiva revela una terrible pobreza.
Vista la situación del Athletic se arrimó al vecindario italiano y amagó algún contragolpe, sin más convicción que definir la jerarquía del partido. Con Montela bien sujeto por Larrazabal y Verón, condenado a vagar por los lugares fríos del. campo, el Athletic relajó su adrenalina y empezó a examinar el partido. El centro del campo, disperso al principio, dio un paso al frente.
El Athletic le había robado al Sampdoria la Condición italiana del fútbol. Su rival atacaba pero no remataba. Su rival tocaba, pero no jugaba. La desesperación de Montela era la expresión gráfica del encuentro.
La especulación del Athletic halló fortuna en un minuto singular, el 38. La primera vez que superaba la línea defensiva del Sampdoria, con un balón al hueco, conseguía un gol y la expulsión del guardameta. Un botín que en tales condiciones le aseguró un retiro dorado.
El gol hundió al Sampdoria. Su inferioridad numérica y deportiva le obligó a poner en juego argumentos de honradez más que deportivos. Desde ese preciso instan te so supo vencido, 16 que le permitió al Athletic encontrar un hueco para la dirección. Apeló al derroche y se pemitió más de un paseo por la fantasía.
El segundo gol llegó en el momento oportuno para dar por concluida la eliminatoria.. Todo lo dicho por Menoti en el vestuario lo tiró por tierra Javi González en una nueva jugada por el centro. El Athletic consumaba su gesta según él guión previsto Apeló al oficio en Ios dos partidos. En ambos empleó las mis mas armas: la solvencia defensiva y la paciencia como argumento para controlar el marcador y el juego. El momento de la diversión estaba supeditado a la resolución de su cometido. Y halló ambas cosas. Cuando todo estuvo ganado se tomó la libertad de conmover al auditorio. El Sampdoria se rindió aceptando no sólo la derrota global, sino la su perioridad estratégica, deportiva y resolutiva de su oponente. El Athletic le ganó ambos partidos y lo que es aún más explícito" en ambos exhibió una superioridad que manejó a su conveniencia La eliminatoria acabó en el minuto 38. El resto fue una oportunidad para alejar cualquier duda sobre la justicia del resultado.
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