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La infanta Cristina afirma que se siente, "sencillamente ciudadana de Barcelona"

"Me encantó, nada más llegar, percibir el ambiente ilusionado que se respiraba. Era un clima de cooperación, de participación ciudadana realmente contagiosa: daba energía salir a la calle". Así rememoró ayer la infanta Cristina -con un discurso en castellano y catalán- su llegada a Barcelona en vísperas de los Juegos Olímpicos. Ayer, el Ayuntamiento le entregó la medalla de oro de la ciudad. La Infanta manifestó que se sentía "sencillamente ciudadana de Barcelona". El alcalde, Pasqual Maragall, destacó que la Infanta "representa el carácter de la ciudad".

Estaban presentes las autoridades políticas, civiles, militares y políticas de Barcelona y el presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol.En una solemne ceremonia celebrada en el Saló de Cent del Ayuntamiento, el alcalde, Pasqual Maragall, tras recordar que también tuvieron esta distinción Don Juan, el Rey y el príncipe Felipe, añadió: "En esta ocasión, la medalla adquiere una relevancia singular no sólo por el enlace del próximo 4 de octubre, sino por la identificación que existe entre la infanta Cristina y la ciudad de Barcelona". La medalla de oro de la ciudad sólo ha sido concedida en 22 ocasiones.

El alcalde, tras recordar que la Infanta lleva 10 años ligada a Barcelona, dijo: "En este tiempo ha sabido ser una ciudadana más, que trabaja y disfruta de su ciudad; una persona que participa plenamente de la vida y de los retos de la ciudad y que ha sabido ganarse nuestro reconocimiento y nuestra estimación".

"La ciudad se siente honrada", añadió Maragall, "en que la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín reafirmen con su enlace matrimonial aquí, su condición de ciudadanos de Barcelona; que compartan en todo momento el carácter discreto y espontáneo que define a nuestra ciudad y a sus gentes; que ven Barcelona como el escenario de sus ilusiones. La ciudad otorga su máxima distinción a una persona que simboliza la estimación mutua entre Barcelona y la Corona, pero también a una persona que representa el carácter de la ciudad".

La infanta Cristina -que estuvo acompañada de su prometido-, respondió con un discurso en catalán y castellano en el que recordó su vida como vecina de Barcelona desde 1992. "Pasaron los Juegos, pasaron los meses, y lo que en un principio pensé que sería una estancia temporal se transformó en más de cinco años" en Barcelona. "En este tiempo he podido comprobar la gran calidad humana de su gente: la responsabilidad en el trabajo, su espíritu de cooperación, su carácter conciliador y su sentido común ciudadano".

"Me he sentido integrada con total normalidad en el devenir diario de esta ciudad. Me he sentido, sencillamente, ciudadana de Barcelona", explicó.

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La Infanta, finalmente, habló de su boda: "Aquí he vivido mi noviazgo y aquí, dentro de pocos días, voy a casarme. Emocionada, he podido constatar de nuevo vuestro cariño, con la afectuosa acogida que brindasteis a la decisión de Iñaki y mía de celebrar nuestra boda en la catedral".

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