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VUELTA 97

Monglorio y su criatura

Javier Mínguez presenta al Vitalicio, un nuevo equipo profesional

Carlos Arribas

Javier Mínguez, el carismático director de equipos especiales -Zor, BH, Amaya-, llevaba dos años en el paro, pero no fuera del candelero. Fracasada por la muerte de Antonio Martín y la lesión de Mikel Zarrabeitia la expectativa creada por la fusión Amaya-Banesto, el director vallisoletano, Monglorio para el pelotón, se pasó un año buscando patrocinador y otro montando un equipo. Y no uno pequeño. Ni en medios, ni en ambiciones, ni en corredores. 600 millones de pesetas es la cifra oficial de lo que dispone Mínguez para el Seguros Vitalicio, el que será a partir de 1998 el sexto equipo profesional español junto a la ONCE, el Banesto, el Kelme, el Estepona-Toscaf y el Euskadi. Dinero, medios -coches volvo de 400 caballos, dos autobuses equipados, bicicletas Olmo, una prestigiosa marca italiana, la que equipó al Alfa Lum de Lejarreta, que vuelve al pelotón- y, se supone, corredores. Todo a lo grande.Como las ambiciones. Giacomo Landi, presidente de la compañía de seguros, perteneciente al poderoso grupo italiano Generafl, habló ayer, cuando se presentó todo el entramado, incluidos los maillots, de color rojo, de que en un principio el equipo iba a ser más modesto. Sin embargo, convencido de las enormes bondades del ciclismo como vehículo publicitario y de la necesidad de cambiar la imagen de Vitalicio, antes llamado Banco, habían decidido disparar más alto. Su intención es hacer todo el calendario español, el Giro, la Copa del Mundo y luchar para ser invitado al Tour. Un regreso triunfal, por lo menos en responsabilidades.

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Pero el equipo no se quedará en eso. También tendrá ciclistas. 22, el máximo permitido, son los que se quiere tener, pero oficialmente Mínguez sólo citó a 12. La entrada en liza del director vallisoletano provocó un cierto cataclismo entre los corredores, que ya tenían, en su presunto interés, un argumento para solicitar aumento de sueldo en sus equipos. Necesitado de un líder español, intentó fichar a Zarrabeitia, pero Manolo Sáiz le renovó rápidamente para la ONCE; hizo lo mismo con Escartín, pero el Kelme también le renovó. Tentó, aunque poco, a Jiménez, y el Chaba refirmó con el Banesto.

El líder que busca podría ser Casero, que oficialmente aún no ha firmado; también tienta al francés Luc Leblanc, que aún no ha renovado con el Polti. Pero algunos ya los tiene seguros. Son David García, que deja el Euskadi; Pruden Induráin y Vicente Aparicio, que se van del Banesto; el colombiano Oliverio Rincón, al que rescata del paro; el italiano Andrea Ferrigato, buen clasicómano, cuyo equipo, el Roslotto, desaparece; Francisco Benítez del Kelme y Ginés Salmerón del Saeco. La docena la completan cinco neoprofesionales: Mercado, Manchón, Freire, Hornillo y Francisco Tomás García. ¿El resto? Se habla de dos colombianos del Kelme -Chepe y Buenahora- y de dos rusos del Estepona, el sprinter Smetanine y Zintchenko.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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