_
_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

En Rusia, mandan los generales

La destitución de Yuri Baturin al frente del Consejo de Defensa pospone el control civil del Ejército

El presidente Borís Yeltsin ha destituido al secretario del Consejo de Defensa (CD), Yuri Baturin, que durante algunos años fue su consejero en temas militares. Su destitución constituye otro fracaso importante en los intentos de establecer el control civil sobre la institución militar, incluso si, en el futuro, Baturin permanece en el equipo presidencial con otro cargo.Tras la desintegración de a URSS, Rusia, pese a su grave crisis económica, continuó manteniendo un enorme Ejército, con numerosas flotas, fuerzas de combate aéreas y misiles balísticos nucleares. Hoy, Rusia gasta en Defensa entre 12.000 millones y 13.000 millones de dólares al año (casi dos billones de pesetas), lo que equivale a un, tercio del presupuesto militar del Reino Unido. Y esto, con unas Fuerzas Armadas que son entre 7 y 10 veces más numerosas que las británicas. Así pues, en lugar de dedicarse a incrementar su preparación militar, los oficiales y soldados rusos se dedican a buscar ingresos suplementarios fuera de los cuarteles y las bases militares. Si encuentran comprador, los oficiales venden la propiedad militar, las armas y las municiones.

En los últimos cinco años, el Ejército ruso se ha degradado. La guerra en Chechenia ha probado que no tiene capacidad para soportar ni siquiera una pequeña guerra local. Sin embargo, los ministros militares -el general Pável Grachov y después Igor Rodiónov- se negaron de entrada a reducir y reformar radicalmente las Fuerzas Armadas. Los generales conservadores consideran que el Gobierno debe incrementar sustancialmente los gastos militares para que el Ejército ruso sea de nuevo el ejército capaz de una gran potencia.

Desde 1994, Yuri Baturin, como ayudante de seguridad nacional y como secretario del CD (desde julio de 1996), ha intentado convencer a Yeltsin de que limite la influencia de los generales conservadores, de que comience una reforma militar radical y de que reduzca el Ejército. En mayo de este año Yeltsin echó al ministro de Defensa Radiónov y anunció el comienzo de la reforma militar. Parecía que Baturin y el principio del control civil sobre, el Ejército habían vencido.

Pero, en tres años, Baturin y sus ayudantes liberales no supieron elaborar un plan concreto de reducción y reforma de las Fuerzas Armadas. En los últimos tiempos estaban dedicados a preparar las bases teóricas de la futura doctrina militar.

El error de Baturin fue utilizado por los generales -el nuevo ministro de Defensa Ígor Serguéiev, el jefe del Estado Mayor Anatoli Kvashnin y su vice Valeri Manílov- que temían más el control civil que a la misma reforma. Ellos fueron los que se apoderaron de la iniciativa y en algunas semanas prepararon su propio plan de reforma, que contemplaba la reducción de los efectivos de las Fuerzas Armadas a un total de 1,2 millones de personas para 1999. Pero el plan de los militares no resolvía los problemas fundamentales. Rusia es tan incapaz de mantener a 1,2 millones de personas capaces de combatir como de mantener el contingente actual de 1,7 millones de personas.

Yuri Baturin y sus colaboradores del Consejo de Defensa protestaron, indicando que estos planes de reforma militar carecían de base y no habían sido bien elaborados. Sin embargo, los generales recibieron el apoyo del primer ministro Víctor Chernomirdin, cuya influencia en el Kremlin se incrementa por su alianza con los militares y el defenestramiento de Baturin. El plan de reforma militar fue aprobado por una comisión especial, a la cabeza de la cual se encontraba Chernomirdin, y ni siquiera se convocó una sesión del CD.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

La destitución de Baturin indica de forma clara que el Gobierno ruso prefiere ponerse de acuerdo con sus propios generales a ejercer un control firme sobre ellos. En el futuro próximo, una concesión como ésta puede estabilizar un poco la situación en el Ejército. Sin embargo, una reorganización irreflexiva de las Fuerzas Armadas, realizada con total ausencia de control civil eficaz, puede llevar a que dentro de algún tiempo los generales dejen de cumplir las órdenes de las autoridades que por alguna razón no son de su agrado.

Pável Felgenhauer es un periodista ruso especializado en temas militares. Escribe para el diario Segodnia y otras publicaciones rusas e internacionales.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_