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Los Colombaioni presentan una sátira del mundo del espectáculo

Carlo y Alberto Colombaioni, el dúo al que se conoce como los payasos de Fellini por su colaboración con el director italiano en algunas de sus películas, regresan a Madrid, esta vez para presentar el espectáculo que más han paseado por el mundo, con el que más se identifican y el que mejor les define. Por eso lleva por título Clássico. "Es una desmitificación del mundo del espectáculo, que comprende la danza, el circo o el teatro. Una crítica al ambiente en que hemos nacido", comentó ayer la pareja, los dos procedentes de familias vinculadas al mundo de los cómicos desde el siglo XVII.Carlo y Alberto tienen la apariencia de dos hombres serios. Lo mismo que su tono de voz. Pero no así lo que dicen. Como cuando se refieren a su relación con Fellini. "Nosotros veíamos a un hombre que iba todos los días al circo y anotaba todo lo que veía. Pensábamos que no era algo normal. Con el tiempo nos enteramos de que era Fellini". Entonces Alberto se encoge de hombros: "No sabíamos quién era". Fellini contó con esta pareja de payasos en La strada, la película que le lanzó a la fama en 1952. Casi 20 años después, en pleno apogeo, el director rodó Los clowns y volvió a llamarlos.

Sabiduría de 25 años

Dicen los Colombaioni que Clássico es su espectáculo más emblemático. Es el fruto de la sabiduría que han adquirido en el escenario durante 25 años. Para explicar el porqué de una crítica a su mundo, Carlo dice: "Yo no critico el teatro. Si no, no trabajaría. Critico a la gente que va al teatro sin importarle lo que ve". "Es una función que entra por los ojos. Prueba de ello es que se ha representado en todo el mundo", añaden estos payasos que representan su espectáculo en italiano y salen al escenario con la cara lavada. El montaje consta de seis números. Hay uno dedicado al circo: "El circo cada vez se fue haciendo más grande. Primero un elefante, luego dos elefantes, cinco elefantes y, al final, el público no veía nada", bromeaba Carlo.

Otra de las partes de la función está dedicada a la "tragedia suiza". Es decir, "a Guillermo Hotel", según apuntan los cómicos. Otro a Shakespeare y Hamlet, al que ellos convierten en "omelette" (tortilla), hay un número de ópera, otro de violines y, para terminar, una pieza a la que ellos han llamado Banana. "Todo el mundo se cree que la última parte es una pieza de Beckett, cuando en realidad es de la Commedia dell'Arte", señalan.

Precisamente, a Carlo y Alberto Colombaioni se les considera dos arlequines del siglo XX, herederos de la Comedia dell'Arte que han sabido innovar y crear su propio estilo. Parte muy importante de sus espectáculos es la colaboración del público que ellos separan en dos niveles: uno "inconsciente", que es la identificación con la acción. Y otro "directo": "Porque sacamos a los espectadores a trabajar con nosotros", afirman.

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