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FERIA DE GIJÓN

Ni pitones ni toreros

¿Hoy en el Bibio había toros? Bueno casi, porque les faltaban los pitones, pero la corrida que nos trajo el señor Lorenzo obró el milagro. Los toros, aunque parezca mentira, ni una vez rodaron por el suelo, entraron bien al caballo y hubo incluso uno, el segundo, que, después de salir rebrincado en su primer encuentro, entró tres veces más, de lejos, con fijeza como los bravos y, de haberle dejado Pepín, más veces hubiera ido.Hasta los del Sierro contaron con cierta fuerza y desarrollaron nobleza. Toros que repiten, codiciosos, noblotes y bien picados.El ideal, el del supuesto lío ¡y sin pitones! Toreros que los dejan ir sin las orejas en este santo Bibio.

Finito de Córdoba, en su primero, de pésima presentación, hacía albergar esperanzas. Se colocaba bonito, ponía bien la muleta, el toro que metía la cabeza y ahí se terminaba. Desvaído y destemplado.

Del Puerto / Finito, Liria y Sánchez

Toros de El Puerto de San Lorenzo, dos rechazados en el reconocimiento, tercero y cuarto encastados, segundo bravo, despitonados, Del Sierro, quinto y sexto nobles y manejables. Finito: pinchazo, estocada caída (palmas). Estocada desprendida, un descabello (ovación, saludos desde el tercio). Pepín Liria: estocada tendida, (una oreja), pinchazo, bajonazo (oreja). José Ignacio Sánchez: pinchazo, media, -aviso-, un descabello (vuelta al ruedo). Pinchazo, casi entera perpendicular, descabello (vuelta al ruedo por su cuenta).Plaza del Bibio, 16 de agosto, cuarta de feria, media entrada.

Y en su segundo más de lo mismo, ante un toro con recorrido y fijeza no terminó de acoplarse. Un muletazo primoroso y fin de la historia.Pepín Liria tuvo un primer toro que acudió al caballo por tercera y cuarta vez con verdadera franquía, repetidor y noble en la muleta. Pepín como un jabato, tragando, plantando pelea y cruzado pero sin temple. ¡Qué pena!

En su segundo un toro de encierro que tomó una varita, noblote aunque algo bronco, anduvo aún más atropellado, marcando bien los tiempos, valeroso pero con prisa. Eso sí, una oreja se llevó a pesar de un bajonazo.

José Ignacio Sánchez nos trajo apuntes de toreo puro, recio, castellano. Apuntes con la capa y con la muleta. En ambas faenas le faltó espaciosidad, embraguetarse fundamentalmente ante su segundo, repetidor y noble, del que no aprovechó las embestidas y dejó ir con la desazón del pudo ser y no fue.

El toro del lío sin pitones. ¿No es eso lo que piden?

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