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El Gobierno indio invoca a Gandhi a animar a desobedecer a los corruptos

Desde lo alto de los muros del Fuerte Rojo de Nueva Delhi, el primer ministro indio, Inder Kumar Gujral, invocó ayer -al cumplirse el 50º aniversario de la independencia- a Mahatma Gandhi para lanzar una campaña de desobediencia civil contra la corrupción que, dijo, "devora como una plaga de termitas los cimientos de la nación". La exaltación patriótica, tras medio siglo de emancipación del poder colonial británico, se ha confundido en las celebraciones con la autocrítica de los líderes de India.

La pobreza, la ignorancia y la discriminación de castas y sexos siguen atenazando el progreso de la democracia más poblada del mundo. Pero la cruzada nacional desencadenada en el 50º aniversario se dirige contra el "demonio de la corrupción". "Tenemos que construir un movimiento de masas en el que todos puedan sumarse en la lucha para acabar con la corrupción de la política y la vida pública", proclamó Gujral.Al invocar a los padres de la nación, Mahatma Gandhi y Jawaharlal Nerhu, los dirigentes indios han celebrado los logros de India en los últimos 50 años. Pero también se han visto obligados a reconocer sus fracasos. Las encuestas de opinión pública muestran una y otra vez que los escándalos de corrupción han minado la moral pública. Laloo Prasad Yadav, ex dirigente del Janata Dal, el partido de ideología socialista del actual primer ministro, está acusado de haber desviado fondos públicos por un monto de más de 43.000 millones de pesetas, al igual que el ex primer ministro P. V. Narasimha Rao. "Conforme los años han ido pasando, el sueño se ha ido convirtiendo en una pesadilla; el idealismo ha sido reemplazado por el cinismo, y la lucha por el poder ha cegado a los políticos", advertía ayer The Indian Times en su artículo editorial de primera página.

En medio de la euforia de las celebraciones, Gujral anunció en un discurso de 90 minutos de duración nuevas medidas para proteger y promover los derechos de las niñas y mujeres indias, víctimas de graves formas de discriminación en el país. Así, el primer ministro afirmó que su Gobierno tomará medidas para impedir que los médicos revelen a los padres el sexo de los fetos. En India nacen más niños que niñas, y los asistentes sociales han alertado de que las parejas se deciden en muchas ocasiones por el aborto en el caso de que vayan a tener una niña. La carga de la tradición de la dote pesa como una losa sobre las economías domésticas.

En contrapartida, Gujral anunció que el Estado subvencionará a las familias para que tengan niñas: "Quienes vivan por debajo del umbral de la pobreza tendrán ayuda estatal desde el nacimiento del bebé, y cuando la niña llegue a la edad escolar el Gobierno le concederá una beca". Sin embargo, la coalición de partidos que apoya en el Parlamento a Gujral no acaba de ponerse de acuerdo sobre una ley para reservar un tercio de los escaños a las mujeres.

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