Antxon se desvincula ahora de ETA en una larga declaración ante el juez
Los tres etarras entregados el sábado por la República Dominicana a las autoridades españolas están desde anoche en la prisión de Alcalá Meco, en Madrid, después de que el juez Javier Gómez de Líaño les tomara declaración en la Audiencia Nacional. De los tres etarras, sólo Eugenio Etxebeste, Antxon, accedió a prestar declaración, mientras que los otros dos -Ignacio Aracama, Makario, y José María Gantxegi, Peio- se negaron a hacerlo. Antxon esgrimió en su defensa una rocambolesca versión según la cual no ha pertenecido a la banda terrorista desde que hace 20 años se benefició de los indultos que se concedieron al inicio de la transición.
Según su propio relato, el ex número dos de ETA no pertenecía a la banda terrorista ni cuando fue nombrado como interlocutor de la misma en las conversaciones que se mantuvieron con el Gobierno español en 1989 en Argel -dice que intermedió a petición del Gobierno- ni durante el tiempo que ha permanecido en Santo Domingo al frente del denominado aparato de interlocución etarra. Durante ese último periodo, el histórico dirigente de ETA ha actuado como buzón de diferentes intentos de intermediación. El más reciente, en los últimos meses de Gobierno socialista, protagonizado por el argentino Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz.La línea de defensa de Antxon ha sorprendido en medios jurídicos, ya que no es frecuente que un caracterizado dirigente etarra se desvincule abiertamente de la organización. La estrategia pasaría por intentar considerar prescritos los delitos que se le imputan de pertenencia a banda armada. Según el letrado de Antxon, sólo está implicado en una causa de 1987, -el sumario Sokoa-, en el que se le imputa "haber dado unas charlas a refugiados vascos", delito que dice que "ha prescrito".
Makario está incurso en numerosos sumarios por asesinato. Peio ha ingresado en prisión porque la policía sostiene que reclutó etarras.
Página 12
