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CAMPEONATOS DEL MUNDO DE ATLETISMO

La noche americana

Greene dice que sabía que era el atleta más rápido del mundo

Fue una inesperada fiesta estadounidense. Desde los Juegos Olímpicos de 1988, no se había producido una doble victoria de los norteamericanos en los cien metros. En aquella ocasion fue protagonizado por dos mitos: Carl Lewis, vencedor tras la descalificación por dopaje de Ben Johnson, y Flo Griffith, la atleta que puso los récords en la estratosfera. Esta vez han sido dos jóvenes atletas, apenas conocidos hasta hace pocas semanas, los encargados de levantar el pabellón estadounidense. Con Maurice Greene y Marion Jones, más Tim Montgomery (3º en la final de 100), se vivió una noche americana."Soy americano y sé para lo que he venido: para ganar por Estados Unidos", declaró Greene tras la carrera. Confesó que no podía contener la excitación por una victoria que pocos suponían. Cuando terminó la carrera se abrazó a su amigo Ato Boldon. El atleta de Trinidad, que salía como favorito, fue quinto, pero tuvo el detalle de acercarse a su amigo. Desde la llegada de Greene al grupo que dirige el entrenador John Smith, Boldon ha actuado de cicerone del nuevo campeón mundial.

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Tanto Boldon como Greene se quejaron de calambres en las piernas. En el caso de Boldon parecieron decisivos en su mala actuación en la final. "Supe enseguida que tendría problemas, pero tendré mi oportunidad en los 200 metros". Greene pudo con los calambres y se mostró exultante: "Desde que comencé a preparar los Mundiales supe que podría ser el hombre mas rápido del mundo".

Donovan Bailey dijo que no se sentía decepcionado. "En mis condiciones actuales tenía difícil batir mi récord", manifestó el atleta canadiense, que dice haber perdido cinco kilos en las últimos tres semanas. "Pero no estoy aquí para lamentarme", agregó.

Bailey no perdió por un momento el punto de arrogancia que le caracteriza. "Cuando Greene me superó por una centésima en la semifinal le miré a los ojos para decirle que todavía soy el hombre", declaró el atleta canadiense, que salvó el récord mundial por dos centésimas. La marca estará en peligro durante las grandes reuniones de agosto, especialmente en la que se disputará en Zúrich, donde se reunirán todos los protagonistas de la final de ayer.

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