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Entrevista:

"No podemos tirar a la basura las virtudes del modelo social europeo"

El nuevo presidente de turno del Consejo Europeo, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, ha asumido su cargo en un momento de crisis para la Unión Europea. (UE): tras el fracaso de la cumbre de Amsterdam y la llegada al poder de una nueva generación de líderes que, como Lionel Jospin en Francia, ponen en tela de juicio principios ya aceptados y encarnados, sobre todo, por la Alemania de Helmut KohI. En este debate, Juncker, de 42 años, se sitúa, como gobernante, del lado de Alemania. Pero su corazón está con Francia.Pregunta. Usted asume la presidencia de la UE tras el fracaso del Consejo Europeo de Amsterdam. ¿Cuál es su análisis de la situación?

Respuesta. No creo que se pueda hablar de fracaso, porque en un buen número de puntos ha habido notables progresos. Aunque al nuevo tratado le falte aliento, nos permitirá abordar la ampliación a los países de la Europa central en mejores condiciones que antes. Estoy un poco decepcionado por los escasos avances que hemos hecho en lo relativo a la extensión del campo de aplicación de la mayoría cualificada. Yo tengo una preferencia racional por la mayoría cualifícada en los campos que no son esenciales para la soberanía nacional.

P. Este relativo fracaso...

R. Esta fórmula me gusta muchó más.

P. Este relativo fracaso tiene causas múltiples. Pero, ¿acaso los países pequeños, y en particular el suyo no tienen una parte importante de responsabilidad en el bloqueo de, la reforma institucional al negarse a modificar la relación de fuerzas en los votos del Consejo?

R. Muy sinceramente, no lo creo-. Los países pequeños estaban de acuerdo en reemplazar el sistema actual de ponderación de votos por un nuevo sistema que habría completado el actual con un segundo criterio demográfico:una mayoría del orden del 60% o 65% de la población europea. Alernania estaba de acuerdo.

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P. ¿Son los franceses quienes se han opuesto?

R. Son Francia, España y Reino Unido los que no han querido. Se dice que son los países pequeños los que han impedido el cambio, pero esto no se corresponde con la realidad. Diez miembros estaban a favor de la doble mayoría.

P. ¿Así que la máquina está ahora averiada?

R. No podemos ir tan lejos. Los Quince nos hemos puesto de acuerdo sobre el resultado de esta conferencia, y si hubiéramos ido más lejos habríamos tenido que hacer frente a muy senas dificultades en el momento de la ratificación. Hemos decidido vigilar, la Proxima vez, para que no haya un enfriamiento de la opinión pública con respecto a Europa.

P. El problema social...

R. Ahí está, desde siempre...

P. ...ha sido subrayado cierta fuerza en Francia tras cambio de Gobierno. ¿Cómo tiene previsto abordarlo?

R. La marcha hacia la u monetaria da una impresión que Europa está envuelta en gestión sólo económica. Es error de mercadotecnia que de a de impresionarme.

P. ¿Está usted más cérca Theo Waigel [ministro de Finanzas alemán] que de Domini Strauss-Kahn [su homólogo francés]?

R. El problema no se plan en estos términos. No se trata una única oposición entre Francia y Alemania, en la medida en detrás de Alemania hay muchos Estados mienbros y, detrás Francia, muchas sensibilidad En calidad de Estado miembro me sitúo antes en la órbita de Alemania, pero mi sensibilidad personal me inclina hacia el Gobierno francés. Añado que no hay que relajar el esfuerzo en la lucha con la inflación, porque es como dentífrico: fácil de sacar del tubo pero mucho más difícil de meter.

P. ¿No bloquea la preparación de la moneda única cualquier bate en este sentido?

R. No hay tabúes en el debate entre los Quince. Aunque nos hayamos propuesto la organización de una cumbre sobre el empleo no creo que logremos resolver conflicto. Veo grandes diferencias sobre este punto entre Jospin y Blair. Un comentarista de la BBC me ha hecho caer en la cuenta que yo tenía un discurso del Viejo, Laborismo. Creo profundamente que el modelo social europeo virtudes que no tenemos derecho tirar a la basura.

Le Monde / EL PAÍS

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