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En coche, ni hablar

La plataforma contra la M-50 hace una 'carrera' para probar lo bueno del transporte público

La cita era en Sol, junto a la estatua ecuestre de Carlos III. Ecologistas, integrantes de asociaciones de vecinos y hasta algún alcalde se pusieron de acuerdo ayer para viajar desde distintos puntos de Madrid -ciudad y región- y demostrar que en transporte público, casi siempre se llega antes y por menos dinero. Visto así, la elección no tiene color, de modo que los organizadores, Plataforma contra la M-50, aprovecharon para pedir a la Administración lo que su propio nombre indica: que el quinto cinturón de la capital termine en la papelera.La tabla resultante de tiempos y precios arrojaba algún dato elocuente, aunque con la imprecisión propia de una carrera de estas características. Por ejemplo, desde Atocha a Sol se tarda tres veces más en coche (23 minutos) que en la limpia bicicleta (ocho minutos), aunque se llegue algo menos sudoroso. Desde Las Rozas, y gracias al flamante carril bus-VAO de la carretera de A Coruña, las diferencias son abismales: 31 minutos en bus, casi una hora en coche. Sólo en dos casos-Alcobendas y Arganda- el pérfido automóvil ganó la batalla al transporte colectivo. "En esos municipios no tienen cercanías ni una vía específica en la carretera", explicaron los cronometradores. Paco Segura, integrante de la asociación ecologista Comaden, se encargó de la parte matemática. Él fue quien fijó que el coste medio de un kilónietro en coche ("un Citrben CX con dos ocupantes", llegó a precisar) asciende exactamente a 42 pesetas, entre la gasolina y la parte proporcional del seguro, las reparaciones, tarifas de aparcamientos y el propio coste del utilitario.

Según estos cálculos, un viaje de Arganda a Madrid sale, entre unas cosas y otras, por un pico: 818 pesetas. Segura también desplegó una tabla de gasto de energía: El motor del coche gasta 70 veces más que una bicicleta; es decir, que las piernas del ciclisla. Conclusión: sobran coches y, por ende, nuevas carreteras para que circulen. Porque, ¿qué ha traído consigo la M-40? Pilar Vega, miembro de Aedenat, lo veía claro: "La colonización del territorio y la generación de parques empresariales, grandes superficies comerciales, nuevos barrios y sus consiguientes plusvalías". ¿Y la gente que se marcha a vivir a esos barrios? Craso error. "Viven en el quinto pino, en un entorno deshumanizado, la mujer se siente enclaustrada en su vivienda unifamiliar... Hay que reivindicar el espíritu de los patios de vecinos", proclamó esta ecologista.

Buena parte de las culpas se las llevó ayer el director general de Infraestructuras de la Comunidad, Pedro Ortiz. "Lo suyo trazando líneas en el mapa es un delirio, porque concibe el campo como si fuera el jardín de su casa", exclama José Galante, de Aedenat. Y es que a las autoridades políticas les mueve la presión de la propaganda. "No hay más que ver la tele", concluyó Galante: "Las empresas de automóviles y de hidrocarburos ocupan un tiempo de anuncios espectacular".

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