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El candidato a jefe del Ejército de EE UU se retira por adulterio

No pasa una semana sin que un nuevo escándalo relacionado con el sexo sacuda al Ejército más poderoso del mundo. Ahora le ha tocado a su mismísima cúpula de poder. El general de la Fuerza Aérea, Joseph Ralston, de 53 años, anunció ayer que retira su candidatura para la jefatura de la junta de jefes de Estado Mayor debido a la polvareda levantada por el descubrimiento de que hace años sostuvo una relación adúltera. El presidente Clinton aprobó la retirada de Ralston y acogió favorablemente la decisión del Pentágono de revisar su reglamento en materia de adulterio. "Es esencial que nuestro sistema sea razonable, coherente y equitativo para todos los que sirven a nuestro país y que así sea percibido por el pueblo americano", dijo Clinton.Ralston se entrevistó en el Pentágono con William Cohen, secretario de Defensa. Aunque no hubo comentario oficial sobre el encuentro, la prensa informó que el general le había solicitado a su superior civil que arrojara la toalla y no siguiera proponiéndole para el principal puesto militar de las Fuerzas Armadas de EE UU, el que ocupa en la actualidad el general John Shalikasvili y desempeñó durante la Guerra del Golfo el general Collin Powell.

Veterano de la guerra del Vietnam y en la actualidad número dos del Estado Mayor, Ralston, según fuentes militares, ha renunciado a su deseo inicial de "luchar", porque "el asunto se ha convertido en algo demasiado grande".

Doble rasero

Numerosos colectivos ciudadanos y los medios de comunicación llevan días denunciando el "doble rasero" de un Gobierno y unas Fuerzas Armadas que sancionan con severidad el adulterio cuando se trata de una mujer como la teniente Kelly Flinn y proponen para la principal posición de mando al general Ralston.

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La pasada semana se supo que el general de la Fuerza Aérea sostuvo una relación adúltera hace trece años, cuando ya se había separado físicamente de su primera esposa, pero el divorcio no había sido formalizado. En una primera reacción, el secretario de Defensa Cohen afirmó que ese viejo asunto, admitido por el general, no debía afectar a la candidatura de Ralston, puesto que no supuso la menor alteración "en el buen orden y disciplina" del Ejército.

El comentario despertó una oleada de críticas al venir días después de que la teniente Kelly Flinn, la primera mujer piloto de un bombardero B-52, hubiera sido obligada a abandonar el Ejército para evitar comparecer ante un consejo de guerra por adulterio. Flinn, soltera y de 26 años, sostuvo en 1996 una relación sentimental con un civil casado que entrenaba del equipo de fútbol infantil de su base aérea de Minot, en Dakota del Norte. La mayoría de los norteamericanos, según los sondeos, cree que fue tratada de modo injusto y discriminatorio.

Fuentes del Pentágono informaron ayer que Cohen no pensaba tomar una decisión sobre el caso Ralston hasta regresar del viaje por Europa y el Golfo Pérsico que emprende mañana. Ahora ya no hará falta.

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