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Francia envía 500 soldados al Congo ante la escalada de los combates en Brazzaville

El Gobierno francés ordenó ayer el envío de una fuerza suplementaria de 500 soldados a Brazzaville, capital de la República del Congo, donde se libran violentos combates desde hace cuatro días entre tropas gubernamentales del presidente Pascal Lissouba y la milicia de los Cobras, leales a su antecesor, Denis Sassou Nguesso. Los enfrentamientos llegaron al centro de la ciudad, y los beligerantes emplearon blindados y armamento de grueso calibre. Las hostilidades, desencadenadas en el marco de las elecciones presidenciales de julio, han causado varios centenares de víctimas, según los primeros testimonios.

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La decisión francesa de enviar dos compañías (unos 500 hombres) que reforzarán a los 450 soldados desplegados en Brazzaville fue adoptada ayer por un Gabinete de crisis presidido por Jacques Chirac y al que asistieron el jefe de Gobierno, Lionel Jospin, y varios ministros. Es la primera acción de la cohabitación en Francia en el plano diplomático y militar.En el terreno militar, los Cobras parecen tener la iniciativa frente a los soldados del Ejército gubernamental en los choques armados cerca de la Embajada francesa, el edificio de Correos y el barrio de los grandes hoteles. Los Cobras avanzan hacia el Ayuntamiento de Brazzaville y el cuartel general de las Fuerzas Armadas congoleñas.Un vehículo de la Embajada de Estados Unidos se vio inmerso en los enfrentamientos cuando individuos armados, "probablemente Cobras", según una fuente diplomática occidental, retuvieron durante unos minutos a los ocupantes del automóvil, entre los que había diplomáticos estadounidenses, antes de dejarlos en libertad. "Fue un malentendido", añadió la misma fuente.

Ambroise Noumazalay, portavoz y brazo derecho del ex presidente Sassou Nguesso, aseguró que sus fuerzas "están a punto de aplastar" al Ejército gubernamental. "Controlamos mucho más que la mitad de la capital. Ellos Pas fuerzas regulares] apenas controlan el Ministerio de Defensa, el campamento militar de Kenzou, la antigua residencia oficial del jefe de Estado, el Palacio del Congreso, la catedral y el hotel Méridien", añadió Noumazalay, que ocupa la presidencia interina de las Fuerzas Democráticas Unidas (FDU), el partido de Nguesso.

Este portavoz subrayó que no se trata de un golpe de Estado: "Hemos sido agredidos y nos defendemos. Queremos un Estado de derecho, que haya elecciones transparentes". La actual crisis congoleña se desencadenó el jueves pasado tras el asalto, por orden del Gobierno, contra la residencia de Nguesso con el objetivo de acabar con las milicias armadas irregulares. Las fuerzas del ex presidente dicen estar dispuestas a negociar y a última hora de ayer parecía inminente un primer encuentro entre representantes de los beligerantes con la mediación del alcalde de Brazzaville, Bernard Kolelas. Varios de los 78 civiles franceses procedentes de Brazzaville tuvieron que ser hospitalizados a su llegada a París en la madrugada del domingo. "Temo por la vida de nuestros compatriotas en el Congo, pues he visto violar a mujeres europeas y quemar nuestras casas", dijo uno de los pasajeros.

Retenido durante más de 24 horas en Brazzaville, el avión era el primero en llegar del Congo desde la explosión de violencia que asuela el país. "La tripulación, que estaba retenida en el hotel Méridien, pudo llegar al aeropuerto gracias a una escolta militar zulú; es decir, de soldados de la guardia presidencial", explicó Dominique, un marinero que dijo haber llegado en avión a Brazzaville desde Pointe-Noire y haber sido recibido a cañonazos: "Mientras descendía el avión vimos tanques en el centro de la ciudad".

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Radio France International, que entrevistó ayer a Denis Sassou Nguesso y transmitió las condiciones que el ex presidente fija para que sus tropas admitan un alto el fuego, también aportó el testimonio de ciudadanos franceses anónimos que contaron cómo "los combates siguen siendo intensos, sobre todo en el centro de la ciudad. Disparan contra todo lo que se mueve. No son muy buenos tiradores, pero todo esto puede causar muchos muertos y heridos entre la población civil".

Los enfrentamientos en el Congo, que ponen en peligro los intereses franceses en la zona, son también la primera prueba de fuego para la cohabitación en Francia. El presidente Chirac guarda silencio, mientras el ministerio de Exteriores y el primer ministro sólo hacían hincapié en la protección de los franceses y en la neutralidad de las tropas galas.

Dos pesos pesados

Denis Sassou Nguesso, de 54 años, cofundador del Partido Congoleño del Trabajo (PCT), ex partido único y primer partido marxista-leninista de Africa, fue presidente de la República Popular del Congo desde el 31 de marzo de 1979 hasta las elecciones de agosto de 1992, en las que fue derrotado por Pascal Lissouba, de 65 años. La presidencia de este último ha estado salpicada de enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y la oposición armada. Los más graves, a finales de 1993, y comienzos de 1994, causaron 2.000 muertos. Lissouba fue condenado en 1977, tras el asesinato del presidente Marien Ngouabi, a trabajos forzados a perpetuidad y después al exilio.Lissouba pasó 11 años en el extranjero, primero en Francia, como profesor, y después en Kenia, como funcionario de la Unesco, antes de convertirse en el sexto presidente del Congo.

Sassou Nguesso, hoy líder de las Fuerzas Democráticas Unidas (FDU), anunció el jueves pasado su candidatura a las elecciones presidenciales del próximo julio.

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