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Sergio Pininfarina define el automóvil como "el diseño más fascinante que existe"

El empresario italiano confía en que Europa sea "un modelo de referencia cultural"

El ingeniero Sergio Pininfarina, de 71 años, presidente del grupo Pininfarina, una firma que domina la historia del diseño italiano de automóviles, recomendó ayer a un grupo de estudiantes de diseño que siguieran sus propias intuiciones frente a otras influencias del mercado. El objetivo de su trabajo es "un ideal técnico y estético", que desarrolla desde hace 40 años con sus diseños para modelos de Ferrari, Fiat, Lancia, Alfa Romero y Peugeot, cuyos dibujos y maquetas se exponen en el Istituto Europeo di Design, en Madrid (Larra, 14). "El automóvil es el objeto de diseño más complejo y fascinante que existe; es un producto que ofrece placer estético y mejor calidad de vida", declaró.

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Presentado como "una figura legendaria en el mundo del diseño", por Alberto Corazón, director científico del Istituto Europeo di Design, y "miembro de una dinastía de grandes italianos, que con sus coches traduce la imaginación a la realidad", por Vanni D'Archifari, embajador de Italia en España, Sergio Pininfarina participo ayer en un programa cultural con motivo del día nacional de Italia (2 de junio), que incluye la exposición Pininfarina, la tradición de lo nuevo (hasta el 20 de junio), un concierto de Uto Ughi, la presentación de un libro de Norberto Bobbio y las muestras Resurrecciones y la arquitectura de Giuseppe Terragni.Ha sido presidente durante cuatro años de Confindustria (empresarios privados), y desde los años sesenta preside el grupo Pininfarina, que califica de "empresa pequeña". Desde los setenta es un holding industrial, con cuatro empresas en Italia y una en Alemania, con más de 2.000 trabajadores y una facturación de 500 millones de dólares (72.500 millones de pesetas). Mantiene relaciones institucionales con Ferrari -los coches rojos cumplen 50 años, y ha hecho unos 200 modelos-, Fiat y Peugeot, con una capacidad productiva de 35.000 unidades al año, entre carrocerías y vehículos completos. En sus fábricas se proyecta, se investiga y se produce.

"Es una escuela fundada por mi padre, y yo he seguido sus guías fielmente en toda mi vida de trabajo", declaró Sergio Pininfarina. "Hoy todo es más complejo. El diseño se ha transformado en diseño, no es sólo una expresión de creatividad, ya que está acompañado de una cultura técnica y comercial. El automóvil requiere unas grandes inversiones, y cuando llega el proyecto al mercado han pasado tres o cuatro años". Añade que no se puede comparar al proceso de la moda, donde las inversiones son menores y el gusto cambia rápidamente.

Mercado abierto

Pininfarina ha salido a bolsa en 1986, y acaba de firmar un acuerdo con Mitsubishi para la producción, a partir de 1999, de un nuevo modelo. Hasta ahora se han construido 40 millones de vehículos a partir de diseños de Pininfarina. "La industria del coche a escala mundial afronta una gran transformación. El mercado se vuelve cada vez más abierto y esto es bueno porque crece la competencia, beneficia al consumidor y crecen las oportunidades de trabajo, sobre todo en países más pobres. Lo considero una tendencia muy buena, que tiene que ser alentada".

Como segunda transfórmación, señala la dispersión de las producciones de los vehículos, junto a las exportaciones. "Es otro aspecto positivo al no existir ya los nacionalismos cerrados, que sólo han conducido a las guerras; el libre mercado lleva a la prosperidad y a la paz". Apunta como tercera revolución la tecnología de la información, con transformaciones en los hábitos de vida y trabajo. "El coche no va a desaparecer porque es el medio de transporte más individual. Creo que habrá varios tipos de automóviles con usos diversos. No habrá diferencias, sino adaptaciones a la personalidad estética y al trabajo de los diseñadores".

Pininfarina defiende el capitalismo "en el sentido más noble, que aporta desarrollo", y en lugar de optimista prefiere ser realista. "Estoy profundamente convencido de que los países europeos necesitan un mercado común y una moneda común, como primer paso para una unión más intensa y política. Hoy necesitamos dar un salto decisivo y el primer paso es la moneda única. España e Italia lo están haciendo muy bien. Si conseguimos fundir la creatividad latina con el pragmatismo de los nórdicos, Europa puede volver a ser el centro del mundo y un modelo de referencia cultural y social".

El diseño participa de estos cambios, donde confluyen la industria, la tecnología y la investigación estética, superando las teorías del funcionalismo aplicado a los objetos. "El diseño es hoy proyecto. El buen diseño tiene una función cultural de gran valor. Es un trabajo fascinante: crear orden en el desorden de nuestras vidas".

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