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PACTO POR EL EMPLEO

Aislados del mundo La negociación de la reforma laboral ha estado al borde de la ruptura en cinco ocasiones

Durante los dos últimos meses, los dirigentes de la patronal CEOE-CEPYME y de los sindicatos CC OO y UGT han tachado de sus agendas todas las citas en las que no ponía "reforma laboral". Ha sido su única y obsesiva dedicación. Fernando Moreno se quedó tremendamente preocupado la noche en la que, embutido en su pijama, oyó a su mujer decir: "¡Fernando, te vas a meter en la cama con la cartera!". El director de Relaciones Laborales de la CEOE, además de contar los chistes más graciosos cuando había que eliminar tensiones, ha sufrido los efectos de esas duras negociaciones.Pero no ha sido el único. José María Cuevas presidente de CEOE, llegó una mañana comentando: "Me despierto tres o cuatro veces por la noche; esto hay que terminarlo ya". Cándido Méndez, secretario general de UGT, ha acabado con el ácido únco en niveles excesivamente elevados. Y Antonio Gutiérrez, líder de CC OO, sufre una erupción en la piel, también como consecuencia del estrés.

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El diálogo ha requerido once meses justos, 10 encuentros oficiales y más de 100 reuniones discretas o secretas, que ellos denominaban técnicas. Pese a que los negociadores aseguran que el clima ha sido cordial, en cinco ocasiones han estado al borde de la ruptura.

Las situaciones más difíciles se produjeron: el 17 de diciembre, cuando concretaban los márgenes en los que se iban a mover; el 27 de febrero, día en que CEOE pone en la mesa sus propuestas iniciales de reforma del despido; la mañana del 6 de marzo, en la que no encuentran salidas para las radicales discrepancias sobre el contrato de inserción de jóvenes; el 20 de marzo, con un cruce de palabras muy gruesas, al redactar la definición del despido objetivo y los colectivos a los que se dirige el nuevo contrato indefinido; y los tres primeros días de abril, durante la discusión de la reordenación de la jornada laboral.

En contraste, el acuerdo se salvó en dos momentos clave: el 4 de marzo, día que Cuevas llega a la sede de CC OO y retira sus propuestas más duras sobre despidos colectivos e individuales; y la tarde del 6 de marzo, cuando el presidente de CEOE lanza un órdago que deja descolocados a los sindicalistas, y pone encima de la mesa un contrato indefinido con una indemnización por despido única de 20 días por año trabajado.

A partir de ahí, Méndez y Gutiérrez, junto a sus secretarios de acción sindical, Toni Ferrer y Fernando Puig, se pasan todo el fin de semana dándole vueltas a la propuesta de Cuevas. Se reúnen en el Hotel NH del Parque de las Avenidas y los dirigentes de UGT dicen abiertamente que hay que abandonar un tabú y acceder a hablar de los costes del despido. Es entonces cuando elaboran una contrapropuesta, dotando de garantías la presentada por CEOE y se hace la luz.

Fabián Marquez, el hombre de confianza de Cuevas y quizás el negociador con más experiencia y reuniones a sus espaldas de este país, afirma que "UGT es la que tira para adelante con el contrato indefinido que proponemos". Ahí es cuando ve que han encontrado la vía del pacto. Sabía que lo importante era salvar el escollo del despido, y siempre encontrarían un contrato que satisfaga a todos. Es decir, una. vez lograda la certeza en el despido, con la mejor definición de las causas, CEOE podía acceder a dar mayor certeza a la contratación. Aunque la parte que le gusta especialmente a Márquez es la de negociación colectiva, "porque hemos aprobado todas las asignaturas que dejamos pendientes [CEOE y UGT] en el Acuerdo Marco de 1980".

Los dirigentes sindicales han quedado gratamente sorprendidos por el papel activo que ha tenido Cuevas. De su pluma han salido muchas redacciones, como hace 20 años, cuando negoció los grandes acuerdos de la Transición.

El papel de duro le ha tocado a Juan Jiménez Aguilar, secretario general de CEOE. Quienes le conocen bien, afirman que es un gran pragmático y quien mejor sabe cómo funcionan las pyrnes. Eso le ha llevado a ser implacable y a mantener varios enfrentamientos con Gutiérrez.

El líder de CC OO estaba muy pendiente de la reacción del sector crítico que dirige Agustín Moreno. Quizás tanto como los dirigentes de CEOE de la oposición al pacto surgida en sectores de la patronal catalana. En CEOE se comprende esa reacción, porque el consejero catalán de Trabajo, Ignasi Farreras, les vendió un producto para ellos más apetecible que el pacto. En concreto, un contrato indefinido con una indemnización por despido previamente fijada en 20 días, hubiese o no causas. Pero la cúpula patronal ha estimado que eso se hubiese convertido en un decreto ley respaldado sólo por CiU y el PP, y lo que ellos han negociado requería "un equilibrio", que de hecho cuenta con el apoyo del PP, PSOE, CIU y una parte de IU.

Además, los máximos responsables de CEOE han tenido siempre la firme convicción de que el presidente del Gobierno, José María Aznar, en caso de desacuerdo, no entraría en el coste del despido y se limitaría a un contrato temporal más, que abundaría en la dualización del mercado de trabajo.

Sabían bien lo que pensaba el Gobierno porque la conexión ha sido permanente. Javier Arenas, ministro de Trabajo, ha estado pendiente minuto a minuto del desarrollo del diálogo e informaba cada noche a Aznar. El ministro de Economía, Rodrigo Rato, se buscaba excusas y reuniones con CEOE para pedir información. Pero, los negociadores reconocen sobre todo el respaldo del ministro de Trabajo y Ton¡ Ferrer afirma: "Arenas ha sabido comprender que queremos gobernar las relaciones laborales. Lo ha sabido respetar, salvo a principios de enero, cuando nos metió prisa".

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