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BALONMANO - COPA DE EUROPA

El Barça encarrila la final

Una sensacional primera parte azulgrana permite viajar con esperanzas a Zagreb Una impresionante primera parte del Barcelona permitirá al equipo de Valero Rivera viajar a Croacia con ciertas garantías el próximo sábado. Sin embargo, a pesar de los nueve goles de ventaja con que se cerró el primer asalto de la final de la Copa de Europa de balonmano, el título no está decidido. El Badel Zagreb mostró sus cartas en la segunda parte y se fue con una leve esperanza. En Zagreb, nada será igual. Y el Barcelona no tendrá un Palau Blaugrana abarrotado, como el de ayer, que le lleve en volandas hacia el título.

El espectáculo que ayer se presenció en el Blaugrana fue de calidad. El Barça cuadró una primera parte antológica, que saldó con 11 goles de ventaja (17-6). Fueron 30 minutos de una precisión suiza, en los que los aciertos defensivos y del portero Svensson permitieron a los hombres de Rivera lanzarse a contraataques de primera oleada y marcar unas distancias casi insuperables. Aunque pudo parecer lo contrario, dejar al Zagreb, un doble campeón de Europa, con seis goles en su casillero al final del primer tiempo no es nada sencillo.

Vistas las coordenadas, los croatas recuperaron sus esquemas de antafio para intentar arreglar el desaguisado. Cavar, el alma de este equipo y de la selección croata que ganó el oro en los Juegos Olímpicos de Atlanta, abandonó su puesto de extremo, retrasó su posición y pasó a convertirse en el director. Fue entonces cuando todo el mundo pudo comprobar que aquel equipo que parecía hundido tras los 30 minutos iniciales, no lo estaba. El Barca tuvo que recurrir a su tiro exterior para salvar una diferencia sustancial.

La prueba fue que en el segundo tiempo el Zagreb logró un parcial favorable: 14-16. Ahí basan su esperanza de futuro los croatas y ahí radican las dudas del Barça. Bordar una primera parte como la primera de los azulgrana en el Palau se plantea como un objetivo irrealizable en Zagreb. Allí los árbitros serán los islandeses Erlingsson y Arnaldsson. Y ese simple hecho ya obligará a modificar los planteamientos del juego. Y allí, las marrullerías de los croatas obtendrán otro trato.

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