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El comisario Flynn proyecta reducir a dos grandes fondos las ayudas de la UE

El comisario europeo de Asuntos Sociales, el irlandés Padraig Flynn, quiere integrar todas las ayudas europeas en dos grandes fondos. El primero estaría destinado a las regiones pobres, pero también a Ias zonas que se enfrentan a problemas particulares de adaptación industrial o de desarrollo rural". El segundo fondo sería accesible a todos los países de la Unión Europea y tendría una actividad más horizontal, sin tomar en cuenta los niveles de renta de las zonas beneficiadas.Flynn, que presentará su propuesta hoy en Bruselas, en el marco de unas jornadas económicas, considera que su orientación tiene como principal objetivo simplificar un sistema de gestión que en la actualidad se basa en "cuatro fondos, siete objetivos, 14 iniciativas, comunitarias y una multitud de programas operacionales a nivel central, regional y sectorial que, en el seno de loa Estados miembros, generan una complejidad inútil y exigen labores administrativas desproporcionadas".

El comisario cree conveniente reducir en parte la intervención de la Comisión Europea en la asignación de los fondos a partir de proyectos concretos y propone la negociación de un "marco político global con cada Estado miembro para darle a éste mayor protagonismo en la elección de los objetivos específicos, y confiar la puesta en marcha de los programas a las personas u organismos que se encargan de las operaciones de colaboración en el seno de los Estados miembros, con un menor grado de intervención de Bruselas".

En su análisis, Flynn pone en cuestión el actual sistema de "adicionalidad" o complementariedad, es decir, la obligación por parte del Estado miembro de aportar una determinada financiación relacionada con la aportación de ayuda comunitaria. Opina que ese sistema está provocando que Bruselas acabe por financiar las operaciones menos atractivas o menos rentables de cada Estado miembro y propone ir hacia un sistema de "adicionalidad de políticas en lugar de adicionalidad de programas".Aborda también el delicado problema de la "condicionalidad" de los fondos estructurales, y en particular la capacidad de absorción de las ayudas que tienen los Estados. Propone que se modifique el actual derecho de cada Estado a conservar para sí los fondos que no puede absorber y que esos sobrantes se repartan, o bien en otras regiones de ese Estado o incluso en otros países.

"Sé que a ojos de algunos esta perspectiva puede parecer una amenaza", admite Flynn, porque esa modificación puede provocar fuga de fondos de zonas con poca capacidad, de absorción hacia zonas más ricas, "pero creo", añade, "que deberíamos abandonar el actual principio de derecho automático para evolucionar hacia una colaboración más abierta y franca, basada en compartir los derechos y las obligaciones".

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