El crecimiento del 2,3% ahuyenta una subida de los tipos británicos
En vísperas electorales, el Gobierno británico acogió ayer con alivio las últimas estadísticas económicas que vienen a confirmar, aunque ligeramente a la baja, las predicciones oficiales. En 1996 la economía británica creció un 2,3%, un dato que permitirá al ministro de Economía, Kenneth Clarke, defender con más autoridad su criterio de mantener los tipos de interés en su actual nivel, el 6%.En contra de la opinión del Gobernador del Banco de Inglaterra, Eddie George, partidario de subir los tipos y contrarrestar por adelantado cualquier repunte inflacionista, Clarke ha defendido con ardor el mantenimiento del precio del dinero, al menos hasta después de las elecciones generales, previstas para la próxima primavera.
Muchos analistas consideran que los últimos datos económicos, incluida una sorprendente caída en el consumo en diciembre pasado, refuerzan el punto de vista de Clarke.
Según los datos de la Oficina Nacional de Estadística, el Producto Interior Bruto creció un 0,8% durante el cuarto trimestre de 1996 y el crecimiento en el conjunto del año pasado se situó en el 2,3%. La cifra es algo inferior a la de 1995 -2,5%- y al crecimiento previsto por el Gobierno para 1996 -3%-, aunque el Ejecutivo revisó en verano su estimación y la situó en el 2,5%.
Satisfacción en la City
En cambio, los datos coinciden plenamente con las previsiones de la City y fueron acogidos ayer por los analistas como una indicación clara de que no habrá subidas sorpresa de los tipos de interés antes de las elecciones.En una reciente entrevista ante las cámaras de la BBC, Kenneth Clarke desmintió diferencias de criterio entre Economía y el Banco de Inglaterra. "No me considero infalible. Nuestras diferencias nunca han sido muy grandes. Y siempre ha habido un juicioso intercambio de opiniones en lo que se refiere a cómo mantener la inflación bajo control".
