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Netanyahu y Arafat firman el acuerdo para la retirada israelí de Hebrón

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el líder palestino, Yasir Arafat, lograron esta madrugada firmar el acuerdo de Hebrón. Poco después de la una de la madrugada de hoy, y después de varios meses de intensas negociaciones, llevadas a cabo con la mediación del norteamericano Dennis Ross, se cerraba así uno de los más dificiles capítulos de los acuerdos de paz. A partir de ahora, y a excepción de varios puntos que serán controlados por los soldados israelíes, Hebrón pasa a ser la séptima y última ciudad de Cisjordania bajo el dominio de la Autoridad Nacional Palestina.El presidente egipcio, Hosni Mubarak, el rey Husein de Jordania y el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, telefonearon inmediatamente a los líderes firmantes para manifestarles su enhorabuena por el acuerdo, según informó la CNN.

El acuerdo fue firmado después de una hora y media de reunión entre los dos líderes, en el puesto fronterizo de Erez, a la entrada de la banda de Gaza. Benjamín Netanyahu había llegado en helicóptero procedente de Tel Aviv a las 11.30 de la noche (hora peninsular española). Arafat lo hizo desde su despacho en la ciudad de Gaza. Allí estaban también Dennis Ross, el enviado especial de Bill Clinton para estas negociaciones de paz, y Miguel Ángel Moratinos, por parte de la Unión Europea.

Una vez más, Arafat y Netanyahu intentaban resolver los últimos obstáculos en el camino del entendimiento. Su reunión comenzó a medianoche. "La hora del crimen", comentaba Nadia Mattar, militante de los asentamientos judíos en la Judea y Samaria bíblicas, o lo que es lo mismo, la Cisjordania palestina ocupada por Israel desde 1967. Ella, como sus compañeros de militancia, son firmemente contrarios a cualquier salida del Ejército israelí de Hebrón.

Fue necesaria la amenaza norteamericana de hacer volver a Estados Unidos a Dennis Ross para conseguir hacer avanzar esta negociación hasta la cumbre y la firma del acuerdo. No es la primera vez. En dos ocasiones anteriores, Washington amenazó con hacer volver a Ross, y en cada una de ellas la amenaza surtió efecto. Las discusiones habían estado bloqueadas durante semanas.

Las principales diferencias que dificultaban la histórica firma del acuerdo se referían a las garantías que EE UU debe dar a los palestinos y a los israelíes. Los palestinos pedían que Israel se comprometiera (y que Washington lo garantizara) a liberar a los prisioneros políticos palestinos; a autorizar la construcción de un aeropuerto internacional palestino y un gran puerto en Gaza, y también la construcción de una carretera libre que ligue Gaza a Cisjordania (prevista en los acuerdos de Oslo). Israel pedía, en base al "principio de reciprocidad" en la aplicación de los acuerdos de Oslo, la extradición de terroristas palestinos asesinos y el fin del reclutamiento de policías palestinos por la Autoridad Nacional Palestina, puesto que ya hay varios miles de policías de más sobre el máximo previsto en los acuerdos de Oslo.

Aunque el presidente Hosni Mubarak había anunciado ayer por la mañana que el acuerdo se iba a firmar la pasada noche, las profecías parecían arriesgadas. "Después de la destrucción del templo, el don de la profecía sólo está reservado a los necios", observa un sarcástico dicho de los tiempos del Talmud (tercer siglo de nuestra era).

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En estos últimos días antes de la firma del acuerdo, los nervios de los protagonistas estaban a flor de piel. Fuentes cercanas a Dennis Ross aseguraron que el mediador estadounidense ha adelgazado cuatro kilos en sus continuas idas y venidas.

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