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El futuro del Condado de Treviño

Euskadi y Castilla y León se sientan el viernes por primera vez para negociar sobre la 'isla' burgalesa en Álava

Pedro Gorospe

Apenas son 1. 100 habitantes. Viven en una isla de Burgos rodeada de territorio de Alava y la historia les ha convertido en regalo de Reyes y premio de conquistas, aunque muchos de sus ciudadanos se crean víctimas de algún castigo. El próximo viernes, día 10, representantes del Gobierno vasco y del castellanoleonés se sentarán por primera vez para comenzar a buscar soluciones a los problemas de los ciudadanos del Condado de Treviño. Un colectivo atrapado en un conflicto administrativo histórico y Político que quiere resolver de una vez el eterno dilema: permanencia en Burgos o integración en Álava.La mayoría de su gente, independientemente de sus inclinaciones "proalavesas" o "proburgalesas", ve la futura constitución de la mesa de conversaciones con optimismo. Sobre todo, porque ha de resolver día a día los complicados problemas que se derivan de su pertenencia a la provincia burgalesa y su cercanía a la realidad alavesa. En Treviño, un enclave creado en la Edad Media, se alzan todas las voces para pedir a los políticos que solventen el apreciable retraso económico que sufren. Las diferencias emergen cuando se discute la forma de hacerlo. Asociaciones como UDA Treviño apuestan decididamente por una consulta popular para decidir el futuro en una u otra provincia.El escenario de la reunión del viernes será la Diputación Provincial de Burgos. Allí se encontrarán, por el Gobierno vasco, el vicelehendakari Juan José Ibarretxe y el diputado general de Alava Félix Ormazábal, y, por el castellanoleonés, el consejero de la Presidencia, Isaías López, y el presidente de la Diputación Provincial de, Burgos, Vicente Orden. Los ciudadanos creen que de su capacidad de acuerdo depende buena parte de su porvenir.

La proximidad del condado, que tiene 221,6 kilómetros cuadrados, a la evidencia vasca y la lejanía a los centros administrativos castellano-leoneses condicionan la vida de sus habitantes. Los empadronamientos y desempadronamientos son continuos, hasta el punto de que la población sube y baja ficticiamente según las necesidades de cada cual. Casi todos los niños nacen en Vitoria. Un autocar los recoge cuando están en edad escolar y los traslada haciendo turismo hasta el único centro de educación primaria del condado, en Treviño. Después, abordan la educación secundaria en Álava, para lo que tienen que empadronarse en su capital. Al no haber tenido ningún contacto con el euskera, el problema se complica sustancialmente.Muchos ancianos hacen lo propio para tener acceso a las residencias de la tercera edad. Aunque la Diputación Foral de Álava tiene firmado un convenio de Bienestar Social con los responsables del condado, hay grupos que se empadronan en Vitoria, para entrar en las listas de espera, años antes de que necesiten una plaza. Los servicios sanitarios especializados los re ciben en esa capital, ya que en el condado sólo disponen de atención primaria. Las ambulancias van y vienen desde Vi toria, como muchos de sus ha bitantes, que se. trasladan a Álava para trabajar a diario. Y quien más quien menos tiene alguna propiedad en la capital, con lo que residen de hecho en Vitoria aunque sigan empadronados en Treviño.

La perspectiva es todavía peor en los pueblos, cuando miran a su alrededor y se sienten en una tierra de nadie. Los 49 del condado están agrupados en dos municipios, La Puebla de Arganzón y Treviño.Todos son conscientes de que se encuentran sumidos en un evidente retraso respecto a sus vecinos en infraestructuras, ayudas para el campo, y comunicaciones. Los campesinos, por ejemplo, tienen serios problemas de regadíos al no construirse la presa del río Rojo. Un embalse que, por afectar a pueblos de Alava y del condado, tiene el mismo problema legal que la carretera N-L Y eso que en Treviño la agricultura es el medio de vida predominante. La industria ni existe ni se plantea, a pesar de que, con buenas comunicaciones, el condado podría ser atractivo.

Otro punto negro es la carretera que enlaza Vitoria con el condado y La Rioja alavesa a través del puerto de Vitoria. Mal trazada, descuidada, peligrosa y estrecha, soporta una importante densidad de tráfico, sobre todos los fines se semana, con numerosos accidentes. Nadie la arregla.

Los habitantes del condado pagan sus impuestos en Burgos y votan a los candidatos de esa provincia en las consultas electorales mientras que la mayor parte de su dinero lo invierten y gastan en Álava, provincia en la que la mayoría de los jóvenes se divierten y diseñan sus planes. Es también el lugar en que se apuntan a las listas del Inem y del recién servicio de colocación creado por el Gobierno vasco, Langai.

- Aunque la media de edad de sus habitantes es muy alta, la tendencia podría bajar a medio plazo debido a las numerosas urbanizaciones que se están construyendo. Nuevas parejas que se están asentando, procedentes de la ciudad y que no se resignan a mantener esa situación por mucho tiempo. La presión a favor de la integración en Álava es cada vez mayor.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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