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EL FUTURO DE EUROPA

John Major promete que no arruinará la cumbre de Dublín

El primer ministro británico, John Major, prometió ayer a su homólogo irlandés, John Bruton, que la intransigencia del Reino Unido no arruinará la próxima cumbre europea de Dublín. "La reunión no se planteará en términos de los británicos contra el resto", señaló Major, que se enfrenta a la crisis más aguda de las vividas en sus seis agónicos años al frente del Gobierno. Aun así, el primer ministro advirtió que no le preocupa quedarse aislado en la defensa de algunas cuestiones. La división del Gabinete y del Partido Conservador en torno a Europa alcanzó ayer nuevas cotas con la amenaza de una diputada euroescéptica de reclamar un referéndum sobre la moneda única el próximo enero. El líder irlandés, en su calidad de anfitrión de la cumbre que reunirá a los jefes de Gobierno de los Quince este fin de semana en Dublín, viajó a Londres en busca de consenso para la agenda de la conferencia. Una tarea difícil. De las 234 propuestas contenidas en el borrador del denominado Tratado de Maastricht II, que se aprobará en junio próximo, los británicos sólo han aceptado 53, y el margen de maniobra de John Major, con un Gobierno que no disfruta ya de una mayoría práctica, es mínimo. El jueves, una elección parcial otorgará, según todos los indicios, un escaño más a los laboristas, con lo que la minoría del Gobierno será ya inapelable.

'Guerra civil tory'

Las perspectivas de unas elecciones anticipadas bajo los auspicios más pesimistas no detuvieron ayer la guerra civil desatada en las filas tories a cuenta de la cuestión europea. Mientras 16 diputados colocaban un anuncio proeuropeo en The Times recordando a los británicos la importancia que tiene para el Reino Unido ir adelante con la integración europea, la diputada euroescéptica Teresa Gorman anunciaba una nueva tentativa parlamentaria de lograr un referéndum sobre el tema. Según Gorman, la política oficial del Gobierno tory de "esperar y ver" qué ocurre con el euro carece de visión, "porque ya no queda tiempo". "Estarnos a tan sólo cinco meses de la decisión final", explicó en una rueda de prensa. Una propuesta de referéndum sobre la moneda única presentada el año pasado por otro rebelde conservador, Bill Cash, obtuvo casi 80 votos entre las filas tories y la situación desde entonces se ha ido degradando apreciablemente.

El último intento de Major de unir las filas conservadoras se produjo el domingo. El primer ministro hizo un llamamiento desesperado a los euroescépticos, señalándoles como la principal amenaza electoral para un partido que ha sido capaz de mantenerse 18 años en el poder. El ministro de Economía, Kenneth Clarke, abanderado de la política de "esperar y ver", anunció ayer su "vehemente oposición" a una unión monetaria que se base en la falsificación de los principios de convergencia.

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