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Arenas insiste en la necesidad de una reforma laboral negociada

El ministro de Trabajo, Javier Arenas, reiteró ayer que cree necesaria una reforma laboral "con toda la prudencia posible" y negociada entre los agentes sociales. El ministro aseguró en el Club Siglo XXI que el deseo del Gobierno es que el diálogo entre empresarios y sindicatos culmine en las primeras semanas de 1997. Entre los objetivos de la reforma, Arenas citó el de facilitar que el empleo precario se convierta en estable, reducir la contratación temporal, revisar el contrato de aprendizaje que, en su opinión, no está funcionando bien, la búsqueda de un modelo de contratación apropiado para los jóvenes, la clarificación del despido objetivo y el fortalecimiento de la negociación colectiva.

Arenas justificó la urgencia que el Gobierno empieza a reclamar de sindicatos y organizaciones empresariales por la prisa de la sociedad española "sobre todo ante los datos del desempleo juvenil".

En el coloquio posterior a la conferencia, el ministro de Trabajo fue muy crítico con el PSOE por su apoyo a la convocatoria de huelga de funcionarios y tachó de irresponsable la presencia del ex ministro José Borrell en la manifestación de Barcelona de la pasada semana para protestar contra la congelación de los sueldos de los empleados públicos.

Para Arenas, la huelga convocada no está justificada. "Los acuerdos sociales nunca deben comprar el silencio de los sindicatos", dijo. "Tenemos que acostumbramos a acuerdos y a discrepancias". El ministro declaró que comprende que la congelación es impopular, pero que el Gobierno se ha visto obligado a ordenarla.

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