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Entrevista:

"Hay que negociar con ETA más allá de la legitimidad democrática"

, Miembro de la dirección del PNV, ex diputado general de Alava y parlamentario vasco, Juan María Ollora acaba de plasmar en un libro la propuesta de solución del "conflicto vasco", en la que ha trabajado en los últimos años por encargo de su partido. Tiene 47 años, dos hijos, nació en Vitoria, forma parte del organismo para la mediación Elkarri y está licenciado en Ciencias Económicas. Participó en las frustradas conversaciones del PNV con HB y ha recogido las experiencias de otros conflictos de la esfera internacional. Ha dado su nombre a la vía que propone negociar incondicionalmente con ETA.Pregunta. ¿Qué es la vía Ollora?

Respuesta. Una serie de documentos y reflexiones que he ido transmitiendo a la dirección del PNV en los últimos cuatro años. En el libro abordo los dos fenómenos que más me interesan política e intelectualmente y que son el conflicto vasco y el proceso de globalización económica El nacionalismo vasco, el PNV, debe dar ya una respuesta a estas cuestiones.

P. ¿La vía Ollora propone sustituir el consenso estatutario y de Ajuria Enea por otro sobre la autodeterminación y la negociación con ETA?

R. Propone un nuevo consenso para integrar a ese 13% o 17% del electorado vasco que está fuera del sistema y traer así la paz a Euskadi.

P. ¿Ese intento de incorporar a HB no es a costa de arrastrar, quizá a la mayoría de la población, al terreno no elegido de la autodeterminación?

R. No. Digamos que explora vías de negociación y pacificación, habida cuenta de que hasta ahora todo lo que se ha intentado no ha dado resultado. No es un planteamiento que se formule alegremente. La experiencia demuestra que los conflictos sustentados en una base social, o se afrontan cambiando la manera de pensar o se eternizan.

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P. El consenso estatutario es el más amplio existente en Euskadi. ¿Merece la pena sustituirlo por otro de menor base social y sujeto a controversia? ¿Qué garantías hay de que ETA se disolverá una vez obtenido el derecho de autodeterminación?

R. También el consenso estatutario debe ponerse en cuarentena cuando el cumplimiento de una ley refrendada plebiscitariamente depende de la correlación de fuerzas existentes, de las necesidades del partido del Gobierno. El estatuto no ha resuelto una situación de bloqueo. Respecto a las garantías, pues, evidentemente, yo no dispongo de información privilegiada como para poder decir qué es lo que hará ETA. Tampoco me interesa. Conviene no mezclar las cosas. Es un camino que se debe hacer andando.

P. ¿Las urgencias del PNV en superar el estatuto no son también para situarse en un nuevo estadio que dé sentido de continuidad al nacionalismo?

R. Antes de nada quiero aclarar que mi libro sólo me compromete a mí, no a la formación política que represento. Las urgencias responden, simplemente, a la persistencia de un conflicto largo que está afectando seriamente a la sociedad vasca y también a la española. No hay más urgencia que conseguir lapaz.

P. En el libro usted sostiene que "todos salen ganando" con su propuesta. Desde el punto de vista político, parece evidente para los nacionalistas en la medida en que obtienen la autodeterminación y logran la unidad. ¿Qué ganan los no nacionalistas?

R. Quiero precisar que no estoy obsesionado con el reconocimiento del derecho a la autodeterminación, porque la plasmación formal de ese derecho es para mí un asunto de segundo orden. Me parece más interesante diseñar una estrategia política en paz que pueda conducir al ejercicio de esa autodeterminación. Por eso subrayo la importancia de que se respete lo que denomino "el ámbito vasco de decisión", el respeto por los demás ámbitos de lo que la sociedad vasca decida democrática y pacíficamente. Es ahí donde está la madre del cordero del problema. Por lo demás, no se trata de ver quién tiene más o menos razón, sino de permitir que las razones del "otro" se expresen y, en su caso, se consigan en un nuevo escenario por medios pacíficos. De ese modo ganan todos.

P. ¿Esa Euskadi independiente y soberana de la que habla estará firmemente asentada si se construye sobre la legitimación de las razones que invoca ETA para matar?

R. Yo hablo sobre todo del soberanismo como nuevo discurso estratégico nacionalista ante los desafios que supone el fenómeno de la globalización económica. Es un discurso que plantea un nuevo nacionalismo cultural y que, a mi juicio, debe ser emitido por mi partido independientemente del conflicto. Otra cosa es el diálogo y la negociación con ETA, que, por cierto, mucha gente, y no sólo yo, defiende.

P. Hasta ahora se consideraba que había que negociar con HB en las cuestiones políticas y con ETA en las razones técnicas, presos, disolución...

R. Distinguir entre negociación técnica y política es una hipocresía. Cuando el Gobierno español se sentó en Argel, algún grado de interlocución le reconoció a la propia ETA, digo yo. No estoy inventando nada, mi posición se resume en la flexibilidad.

P. Pero, a diferencia de quienes defienden el diálogo y la negociación condicionados desde la democracia, usted escribe que hay que negociar por encima de la legitimidad democrática, que la paz debe ser obtenida a cualquier precio. ¿Adoptar esa posición no es asumir las razones de ETA, reconocerle la victoria moral?

R. Los que dicen eso no han practica do el diálogo. Eso es como hacerse trampas en el solitario. Representantes del Sinn Fein-IRA han negociado reciente mente con el Gobierno británico en Esta dos Unidos. ¿Significa que legitiman al IRA? Ya sé que me satanizarán por estos planteamientos y por sostener, efectiva mente, que hay que negociar con ETA más allá de la legitimidad democrática, pero creo honesta mente que éstas son las actitudes que de berán ser adoptadas. Por ambas partes; también el MLNV.

P. En su única re ferencia al mundo de ETA-HB, usted dice: "Ahora bien, la izquierda abertzale debe contribuir. No se explican bien las actuaciones de contenido autoritario o imperativo que realiza. Producen un vaciamiento de la potencialidad política de su alternativa y alejan a muchos ciudadanos". ¿Utilizar este lenguaje no es una superchería?

R. Se lo voy a decir muy claro. Una cosa es la reivindicación de contenido político que plantea la alternativa de ETA como documento teórico y otra la práctica de la izquierda abertzale que tiene comportamientos autoritarios y tics fascistas. Espero que eso no signifique que tienen dificultades para asumir un proceso de construcción nacional democrático y pacífico.

P. ¿Es admisible una oferta en la que ETA se constituye como garante del proceso de autodeterminación?

R. No conozco a ninguna organización que en un conflicto de este tipo diga que está dispuesta a abandonar su actividad si no tiene garantías de que el proceso puede conducirle a buen puerto. Un ejemplo reciente es el caso irlandés.

P. ¿El soberanismo que propone garantizaría el derecho a la segregación de Álava?

R. Lo que digo es que en un fenómeno de globalización cambian las reglas de juego, periclita el Estado nación y surgen nuevos espacios económicos naturales que en nuestro caso se corresponden con las autonomías.

P. ¿Qué es ser universalista en el PNV?

R. No creerse el ombligo del mundo ni pensar que eres mejor que otros.

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