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GENTE

LOS ÁRBOLES DEL REY

La ampliación de la residencia estival del rey Fahd de Arabia Saudí en el lujoso barrio de Collonge-Bellerive de Ginebra no para de ocasionar sobresaltos a su majestad, quien, por cierto, nunca ha puesto los pies en ella desde que la hiciera construir en la década pasada, a causa de su talla, incapaz de albergar a todo su séquito. La familia real ha emprendido la construcción de 11 villas adicionales en unos 6.000 metros cuadrados de terreno, 70 garajes y pasajes subterráneos. Pero tres vecinos, alegando que parte de ese terreno es de bosque, han logrado que el procurador general del cantón paralice el trabajo iniciado el pasado año. Ya la tala de los 15 árboles del citado bosque le costó el verano pasado a las arcas reales más de dos millones de pesetas en multas impuestas por el Departamento del Interior. Ahora es el Tribunal Administrativo de Ginebra el que debe decidir si en realidad se trata de un bosque o de un espacio arbolado. Pero no será la última palabra. A uno de los vecinos, Bernard Ziegler, antiguo diputado, se le acaba de ocurrir otra idea: el proyecto tampoco respeta la distancia mínima entre los árboles y los edificios. Y es que, según Ziegler, hay gente que tiene cierta tendencia a ponerse la ley por montera.

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