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El Gobierno israelí desconfía del alto mando de sus Fuerzas Armadas

Las posibilidades de un golpe militar parecen haber aumentado últimamente en Israel por la combinación de tres factores: la desconfianza profunda y recíproca que separa al Gobierno de Benjamín Netanyaliu de los militares; la tensión árabe-israelí, que puede conducir a una nueva guerra, y el bloqueo del sistema político israelí."Ya ha habido desacuerdos estratégicos entre el poder político y la cúpula militar, pero hasta ahora nunca habían sido tan graves ni las divergencias habían coincidido con un grado tan elevado de desconfianza recíproca", advierte Zeev Maoz, director del Instituto de Estudios Estratégicos de Tel Avív.La razón de esa desconfianza es que Netanyahu y sus consejeros más próximos estiman que los jefes del Alto Estado Mayor, de los servicios de información militar y del Sin Beth (servicios secretos) son palomas (moderados). Algunos de ellos, como los generales Amnon Shaliak y Uzi Dayan, participaron en las conversaciones de paz de Oslo con los palestinos. Esa desconfianza incluye también al ministro de Defensa, Isaac Mordejai, tras expresar públicamente su descontento por haber sido informado de la apertura del polémico túnel de Jerusalén con sólo cinco minutos de antelación.En una comparecencia ante la Comisión de Defensa del Parlamento, el general Amos Gilad, número dos de los servicios de información militar, ha afirmado que Siria se prepara para la guerra y que su Ejército ha emprendido maniobras de entrenamiento intensivo. El presidente Hafez el Asad parece considerar que sólo con una acción armada se pueden desbloquear las negociaciones sirio-israelíes.

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