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LAS ESTRELLAS MENORES DE LA LIGA

Un remanso de paz espirítual en la montaña

Cansado de agitar las playas con su presencia, Romario ha optado esta, vez por la paz que transmite la montaña para instalarse en un suntuoso chalé a unos 35 kilómetros de Valencia. "Esto es una urbanización muy tranquila, en plena montaña y a un cuarto de hora de Paterna (el lugar donde se entrena el Valencia)", explica una vecina. En una mañana de otoño apenas se asoma un alma por esta lujosa zona residencial, cuyos niños se exaltaron hace tres semanas cuando el futbolista y su esposa, Daniele Favatto, se establecieron en la vivienda. "Los niños se subían a la valla todos los días. Entonces venía un guardaespaldas de Romario y hacía que se fueran", comenta la vecina.Rodeado de algarrobos y pinos, Romario se encuentra muy feliz, según señala el propietario de la mansión, un empresario valenciano amigo del futbolista. Tan amigo, que de momento le ha prestado la casa para que la disfrute. "Esto es una invitación que le hago a un amigo al que ya conocía de su época en el Barcelona. Romario había dado muchas vueltas y no le gustaba nada. Así que le di las llaves de mi chalé", dice el dueño. Al parecer, el futbolista está tan satisfecho que ya le ha hecho varias ofertas al propietario para comprar la vivienda, valorada en "más de 100 millones de pesetas", según el dueño.

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Futbolista pobre, futbolista rico

El gigantesco chalé está circundado por una piscina, una pista de futbito y otra de tenis. El tenis, sin embargo, no es una de las pasiones declaradas del delantero, más partidario del futvoley, por lo que ya ha expresado su deseo de cubrir de arena la pista de tenis. La casa que comparte ahora Romario con su esposa, su abogado y varios de sus amigos y guardaespaldas fue anteriormente la morada de todo un equipo ciclista, que apuraba su preparación de pretemporada.

El delantero se desplaza en uno de los dos coches estipulados en su contrato con el Valencia: un deportivo o un todoterreno, ambos concedidos por la empresa Ford, patrocinadora del equipo. Y aquí nació un conato de conflicto entre el jugador y la empresa automovilística, que le recomendó a Romarío que no utilizara otro automóvil deportivo de distinta marca, también propiedad del futbolista.

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