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Bustamante narra los sentimientos de su generación en un libro-CD

Amelia Castilla

De un tiempo a esta parte, a Julio Bustamante, cantautor valenciano de 44 años, la gente le para por la calle por culpa de una canción: Hablando de Van Morrison, una composición propia que se incluye en Sinfonía de las horas, un libro CD editado por El Europeo que se presenta mañana en la madrileña sala Rodeo.

Bustamante trabaja desde los 15 años en la música, pero nunca se había encontrado con nada parecido. Su trabajo apenas ha sido promocionado y sus cinco discos anteriores permanecen en el olvido. Para este valenciano, que comparte su afición por la música con su pasión por la literatura, la clave del éxito de Hablando de Van Morrison es que se trata de - una canción "alegre y totalmente generacional".

El tema en cuestión habla tanto de los niños que esperan en la cocina el arroz como de la libertad sexual, los tiempos del sida o Hassan II. Ocho de las 10 canciones restantes del álbum las grabó en 1994 antes de caer fulminado por un brote de tuberculosis que le obligó a pasar una temporada internado en un hospital. Meses de vértigo que acabaron el día que se subió a un avión rumbo a Cuba. La terapia funcionó. De su viaje por la isla dan constancia algunos relatos ("Te ves siempre en la calle a bordo de un coche clandestino, en un restaurante clandestino y en un amor clandestino 'pa' lo que a usted le haga falta") y una canción incluidos en Sinfonía de las horas.

Para este artista de compleja sensibilidad, el libro-disco permite un conocimiento total sobre su trabajo, porque recoge relatos, poesías, citas literarias y dibujos. La parte musical incluye composiciones realizadas desde 1988 hasta ahora y, "además de ser terapéuticas, muestran cómo a lo largo del tiempo se van ensanchando los sentirnientos".

Clases particulares

Bustamante nació hijo de músico. Con su padre, Tonico Balanzá, escuchó a "aquel tostón de Glenn Miller" y aprendió sus primeras notas musicales. Luego se matriculó en Filosofía, carrera que nunca ejerció, y empezó a vivir de la música y de las clases particulares. En 1978 conoció en Altea a Remigi Palmero, y juntos grabaron un disco. A raíz de la grabación forman el trío Palmero-Bustamante, en el que también participa su hermano Tico Balanzá a la batería. Cambres, el primer LP en solitario de Bustamante, no aparece hasta 1981. Ese mismo año consigue llegar a la final del Premio Ateneo de Valladolid con una novela sobre los años setenta, Una vez fue verdad, que nunca llegó a publicarse, como la mayor parte de sus obras literarias. Inasequible al desaliento, Bustamante llamó a las puertas de cuantos editores pudo, hasta que conoció a Borja Casani, quien no sólo "compró" su Sinfonía de las horas, sino que también publicará el libro de relatos Del amor y otros lujos exóticos, sobre historias de parejas en clave de humor, y la novela Los peces voladores, un relato autobiográfico que narra el encuentro entre dos jóvenes con una escala de valores distinta.

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