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El mundo a través del 'burka'

El triunfo de los islamistas radicales en Kabul-arroja a las mujeres de la capital afgana de las escuelas y de sus puestos de trabajo

Las mujeres de Kabul se despertaron el viernes pasado en una ciudad que había cambiado de la noche a la mañana. Al día siguiente, lo que había sido una situación de hecho quedaba codificado con un estentóreo anuncio en los almuédanos de todas las mezquitas de la capital afgana. Las mujeres deben permanecer en sus casas, decía la voz en funciones de edicto. De no ha cerlo, sólo podían mostrarse cubiertas por el burka, un mantón que va de la cabeza a los pies. Y de ir a trabajar, ni soñarlo. La conquista militar de la ciudad por los islamistas talibanes ha cambiado la faz de Kabul.El domingo las calles de la capital no registraban la existencia más que de un solo sexo. Al gunas aventureras habían aparecido en las afueras, pero ya circulaban noticias de la aplicación de correctivos fisicos a las que se habían atrevido a mostrar al transeúnte algo más que el minúsculo calado de los ojos. Las asociaciones de mujeres han desaparecido y sus dirigentes han huido. Las escuelas para niñas han echado el cierre y todas sus profesoras tampoco salen de casa porque han quedado en el paro.

Los hospitales también han salido perdiendo. Eran numerosas las enfermeras y las mujeres médicos y la situación sanitaria se ha hecho tan crítica que los integristas están pi diendo en los medios de comunicación a los doctores varo nes que no hagan libranzas hasta nuevo aviso.

Ninguna de las mujeres con las que hablé me autorizó a dar su nombre o identificarla ni por lo más remoto. Una me dijo que aquello era peor que la muerte, y la mayoría que Kabul. se había convertido en una: cárcel de mujeres. "Prefiero que me maten por ir a trabajar qué quedarme aquí esperando una muerte lenta", subrayó otra de ellas. Y es que, tras 18 años de guerra, se calcula que en Kabul hay unas 25.000 viudas, que con frecuencia son el único sostén de la familia.

Es un coro horrorizado de quejas para protestar contra esta utilización del islam que niega a la mujer sus derechos humanos. Muchas afirman que en ninguna parte del Corán se dice que las mujeres deban quedarse en casa. "Si el islam es así", me dijo la más encolerizada, "yo no soy musulmana".

La presidenta del Movimiento de Mujeres de Afganistán, Amena Safi. Afsali, declaró el mes pasado que los talibanes no tienen ni idea de lo que es el islam. El Corán, subrayó, quiere que la mujer trabaje, progrese y se integre plenamente en la sociedad.

El enviado especial de la ONU en Afganistán, Norbert Holl, dijo el fin de semana que "veía signos positivos de distensión" en las conversaciones iniciadas con los líderes integristas sobre los derechos de la mujer. La organización mundial emplea en el país a numerosas mujeres, pero ha tenido que suspender ya actividades docentes en las zonas anteriormente conquistadas por los guerrilleros. Holl dijo, sin embargo, que ya había tenido una conversación de dos horas con representantes de la Shura, o consejo gobernante de los talibanes, y que esperaba "que fuera. posible encontrar una solución al problema del trabajo femenino".

Las restricciones se aplican en todas direcciones. Una periodista de la agencia Associated Press vio cómo se le negaba acceso a una conferencia d e prensa de Mohamed Rabani, jefe del nuevo Consejo de Gobierno en Kabul.

Si los talibanes no aflojan, las consecuencias pueden ser irreparables para una población, ya exhausta y hambrienta, que se enfrenta a un crudo invierno. "Si las mujeres no pueden trabajar legalmente, se echarán a la calle para hacerlo ilegalmente. ¿Sabe lo que le digo?", afirmó sin pelos en la lengua una de mis interlocutoras, para concluir ominosa: "Y entonces las matarán".

Una de las primeras decisiones de la nueva justicia integrista fue asesinar y colgar de un poste del alumbrado público al ex presidente comunista Mohamed Najibulá y a su hermano, Shaipur, manteniendo los cuerpos expuestos durante varios días para edificación de osados. "Si le pueden hacer eso a alguien que ha sido presidente", dijo otra mujer, ¿qué nos harán a nosotras?"

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